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![Cartel sobre la prevención de caídas de la OMS.](/documents/1566632/0/20240918_blogccaa_desta.png/28d5cb00-43d2-b32d-c062-b88e5479c0fe)
La prevención de caídas, un reto para las ciudades y comunidades amigables con las personas mayores
Categorías: Artículos
Etiquetas: ciudades amigables , envejecimiento saludable , personas mayores , imserso , entornos amigables , oms
Thiago Herick de Sá, Entornos Amigables con las Personas Mayores. Departamento Determinantes Sociales de la Salud. OMS Maite Pozo. Coordinadora de la red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores en España. Imserso La Organización Mundial de la Salud (OMS) es consciente de que las caídas son un riesgo grave para la salud y el bienestar de las personas mayores, y pone el foco en la prevención de caídas para favorecer un envejecimiento saludable y satisfactorio. Existen estrategias basadas en evidencias que pueden ayudar a prevenirlas y hacer que los entornos en los que vivimos sean más seguros para todas las personas. Las mejoras en el diseño de las ciudades, los barrios, los pueblos en los que vivimos para hacerlos más amigables con las personas mayores, pueden contribuir a esa prevención. La OMS señala que en 2019, casi 500.000 personas de 60 años y más murieron en el mundo a causa de una caída. El mayor número de muertes relacionadas con caídas (195 381, 41%) se produjo en la Región de la OMS de Asia Sudoriental. En la región de Europa se registraron algo más de 53.000 muertes de personas mayores relacionadas con caídas. El porcentaje de mujeres mayores que mueren a causa de caídas es algo mayor. En el mundo, el 75% de las caídas en personas de 70 años o más con resultado de muerte se producen en países de bajos y medios ingresos, aunque solo el 65% de la población mayor (70 años o más) vive en países de bajos y medios ingresos. Número de muertes relacionadas con caídas en personas mayores de 60 años y más, por región de la OMS, 2019 No solo son las muertes que provocan, las caídas tienen consecuencias funcionales, psicológicas y sociales que empeoran notablemente la calidad de vida de las personas mayores (lesiones, deterioro funcional, miedo a caerse, disminución de la actividad, de las relaciones sociales…) y suponen un problema de salud pública importante. Datos sobre caídas en personas mayores en España Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 se produjeron 4.018 caídas mortales en España (un 6,1% más que el año anterior), convirtiéndose en la principal causa de muerte externa. Se estima que más del 80% de las caídas mortales ocurren en personas mayores de 65 años, y con más frecuencia en mujeres con más caídas en el hogar. Las caídas y las consiguientes lesiones que a menudo requieren atención médica son un importante problema de salud pública. Las principales causas subyacentes de los ingresos hospitalarios relacionados con caídas son la fractura de cadera, las lesiones cerebrales traumáticas y las lesiones de las extremidades superiores. Además, el miedo a caerse también puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas mayores. Las caídas son difíciles de atribuir a un solo factor de riesgo Los factores de riesgo de caídas interactúan dinámicamente y algunos factores de riesgo pueden cambiar. Una variedad de factores de riesgo demográficos, físicos, psicológicos, médicos, socioeconómicos, ambientales, conductuales y otros afectan el riesgo de caídas, aunque la edad avanzada y los antecedentes de caídas pasadas son quizás los predictores clave más importantes de caídas futuras en las personas mayores. El riesgo de una caída es mayor entre las personas mayores con poca movilidad, mal equilibrio, aquellas con discapacidad visual, cognitiva y aquellas que viven con la enfermedad de Parkinson, artritis y/o depresión. Modelo de factores de riesgo de caídas en personas mayores Factores de riesgo ambientales: Mal diseño del edificio. Aceras agrietadas o desniveladas. Suelos y escaleras resbaladizos. Iluminación insuficiente. Alfombras sueltas. Factores de riesgo conductuales: Uso de multiples medicamentos (polimedicación). Calzado inadecuado. Consumo excesivo de alcohol. Falta de ejercicio. Factores de riesgo socioeconómicos: Vivienda inadecuada. Falta de interacciones sociales. Falta de recursos comunitarios. Bajos niveles de ingresos y de formación. Accesos limitados a servicios sociales y de salud. Factores de riesgo biológicos: Edad, sexo y raza. Enfermedades crónicas (por ejemplo, enfermedad de Parkinson, artrítis, osteoporosis). Deterioro de las capacidades físicas, cognitivas y afectivas. La prevención y el manejo de caídas deben adoptar un enfoque sistémico, que se esfuerce por potenciar personas más seguras, entornos más seguros y políticas y legislación más seguras, y utilice intervenciones de prevención específicas para abordar los factores de riesgo. La gran mayoría de las personas mayores quieren vivir en sus propios hogares. Las caídas son la causa de necesidad de ingreso en un centro de cuidados de larga duración que más se pueden prevenir, por lo que se deben priorizar las intervenciones comunitarias y en el entorno para prevenir y disminuir el riesgo de caídas en la población mayor. Existen numerosas investigaciones que examinan diversas intervenciones para prevenir caídas entre las personas mayores que viven de forma independiente en la comunidad, aunque gran parte de estas investigaciones se han realizado en países de altos ingresos, lo que introduce sesgos que hay que tener en cuenta. Se trata de diversidad de intervenciones, desde programas de ejercicio en el hogar a intervenciones de seguridad en el hogar, que pueden reducir sustancialmente el número de caídas. Resumen de intervenciones clave para prevenir caídas entre las personas mayores que residen en la comunidad Muy recomendadas **** Marcha, equilibrio y entrenamiento funcional. Tai Chi Evaluación y modificaciones de viviendas, particularmente para grupos de alto riesgo, incluida la reducción de riesgos de tropiezos y la mejora de la iluminación. Recomendadas *** Reducción o retirada de psicofármacos Prometedoras ** Suplementos de vitamina D para personas con deficiencia de vitamina D. Inserción de marcapasos cardíaco en personas con hipersensibilidad carotídea. Cirugía de cataratas en personas con cataratas. Prudentes * Educación sobre caídas y factores específicos como calzado, gafas, situaciones y conductas de alto riesgo. Exigir a los propietarios que realicen las modificaciones necesarias en las viviendas y hacer cumplir las normas de construcción. Mejora de la accesibilidad en barrios y espacios públicos, por ejemplo: aceras, espacio público, edificios, parques y jardines. Alarmas personales portátiles, sensores de caídas, teléfonos móviles con botones de emergencia SOS. Sistemas organizados de “control” de las personas que viven solas. Disuadir del uso de escaleras, sillas, etc. para acceder a alturas. Calzado adecuado. El efecto de una caída en una persona mayor puede ser un acontecimiento devastador, que provoca dolor crónico, pérdida de independencia y una calidad de vida disminuida. Además, el efecto acumulativo de las caídas y las lesiones resultantes entre las personas mayores en la mayoría de los países tiene el potencial de alcanzar proporciones epidémicas que consumirían una cantidad desproporcionada de recursos sanitarios y sociales. Se necesitan políticas públicas saludables y estrategias de prevención comprobadas para proporcionar la infraestructura y el apoyo esenciales para la integración de la evidencia de prevención de caídas en la práctica. La naturaleza compleja y multifactorial del riesgo de caídas entre una población que envejece y crece rápidamente exige un enfoque proactivo y sistemático para la prevención que integre políticas, medidas preventivas y prácticas. La política debe proporcionar la infraestructura y el apoyo esenciales para un enfoque integral e integrado de la prevención de caídas. Se necesita evidencia de prevención para respaldar la aplicación efectiva de intervenciones probadas. La práctica es cuando la evidencia se aplica de acuerdo con los estándares y protocolos establecidos por la política. La Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores cuenta con más de 1600 ciudades y comunidades de 53 países que se han comprometido a mejorar su amigabilidad con las personas mayores, mejorando sus entornos físicos y sociales para adecuarlos a las necesidades y demandas expresadas por la población de mayor edad. Se trata de una importante fuente de iniciativas y creación de conocimiento con un gran potencial de transformación y cambios positivos reales para las personas mayores. Este potencial con frecuencia no se aprovecha lo suficiente debido a la brecha existente entre iniciativas innovadoras, la creación de conocimiento y posterior difusión y utilización en otros lugares. Por este motivo, la OMS ha lanzado una nueva iniciativa en el marco de la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores: los Hub o centros de conocimiento y acción sobre entornos amigables con las personas mayores. En este momento se han lanzado dos de los cuatro Hub previstos, el Hub sobre prevención de caídas y el Hub sobre planificación urbana y territorial. En el Hub sobre prevención de caídas se analizarán los desafíos en la implementación de programas de prevención de caídas en entornos de bajos recursos, así como facilitadores y barreras para la implementación de intervenciones de prevención de caídas en la comunidad con el objetivo de recopilar y difundir iniciativas y conocimiento que faciliten su aplicación práctica en otros lugares para avanzar en la prevención de caídas. Para más información, se puede consultar el paquete técnico Step Safely (Caminar con seguridad: estrategias para prevenir y gestionar las caídas a lo largo de la vida) de la Organización Mundial de la Salud. Las personas que tengan interés en formar parte del Hub para la prevención de caídas pueden escribir al correo electrónico: gnafcc@who.int y lukaszykc@who.int. Referencias: Organización Mundial de la Salud. Step Safely: Strategies for preventing and managing falls across the life-course (2021). Organización Mundial de la Salud. WHO global report on falls prevention in older age (2008). Organización Mundial de la Salud. Global Health Estimates. Leading causes of death (2024). Instituto Nacional de Estadística (INE España). Estadística de Defunciones según la Causa de Muerte (2023). Conoce «Age-Friendly World». La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores en España. Unirse a la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores.
dijous, 19 de setembre 2024 09:47
![Intervenciones ambientales y psicosociales en comunidades amigables con personas mayores y envejecimiento activo](/documents/1566632/0/2-820x390.png/9ae14b2d-3160-845f-ccaf-138b83156eca)
Intervenciones ambientales y psicosociales en comunidades amigables con personas mayores y envejecimiento activo
Categorías: Artículos , Red de Ciudades Amigables
Etiquetas: ciudades amigables , personas mayores , imserso , csic , oms
DIEGO SÁNCHEZ-GONZÁLEZ | DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA (UNED) FERMINA ROJO-PÉREZ, VICENTE RODRÍGUEZ-RODRÍGUEZ, GLORIA FERNÁNDEZ-MAYORALAS | CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC), GRUPO DE INVESTIGACIÓN SOBRE ENVEJECIMIENTO (gie-CSIC) Resumen del artículo publicado AQUÍ La mejora de las condiciones de vida de las personas mayores está entre las prioridades y programas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el International Plan of Action on Ageing, adoptado en Viena en 1982 (UN, 1982), hasta el más reciente informe resultante de los debates realizados en varios talleres y seminarios virtuales durante 2019-2020: the Decade of Healthy Ageing: Baseline report (WHO, 2020), que prepara el escenario para la década del envejecimiento saludable 2021-2030. El envejecimiento saludable es un proceso dinámico y sus tres componentes, según se señala en el informe anterior, son: i) la capacidad funcional de las personas para satisfacer necesidades básicas, fortalecer la autonomía personal y tomar decisiones, participar en actividades diarias, crear y mantener relaciones y contribuir a la sociedad; ii) las capacidades intrínsecas del individuo (físicas y mentales); y iii) los entornos (físicos, sociales y de políticas públicas) (WHO, 2020, p. 10-13) y las interacciones entre ellos, con el fin de su mejora y adaptación a las personas mayores. En relación con el envejecimiento y el entorno medioambiental, Kalache y Plouffe (WHO, 2007a) desarrollaron el proyecto global Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, incardinado en el modelo de Envejecimiento Activo (WHO, 2002; Fernández-Mayoralas et al., 2018; Pérez Díaz y Abellán García, 2021; Rojo-Pérez et al., 2021a; Rojo-Pérez et al., 2021b). Una ciudad amigable con las personas mayores se puede entender, en síntesis, como un “entorno urbano inclusivo y accesible que promueve el envejecimiento activo” (Buffel et al., 2016) a través de ocho dominios: espacios al aire libre y edificios; alojamiento; transporte; participación social; respeto e inclusión social; participación ciudadana y empleo; comunicación e información; y apoyo comunitario y servicios de salud (WHO, 2007a). Bajo el modelo ecológico, Menec (2017) señaló que las ciudades amigables crean conexiones bidireccionales entre las personas mayores y sus entornos destacando el rol de los diferentes niveles (individual, organizacional y comunitario). El constructo “ciudades amigables con las personas mayores” se ha expandido para incluir también comunidades, estados, empresas, universidades, sistemas de cuidados de salud y sistemas de salud pública, en una especie de sinergia entre las iniciativas de comunidades amigables bajo el paraguas del ecosistema de amigabilidad global (Fulmer et al., 2020). Múltiples sectores (personas mayores y sus familias y cuidadores, diseñadores de políticas, partes interesadas, proveedores de servicios) desempeñan un rol participativo importante en la implementación y evaluación de la amigabilidad de un barrio o un entorno de residencia y en los requisitos para la acción comunitaria (WHO, 2007b). Así, bajo el marco de comunidades amigables y desde diversas disciplinas, se ha publicado un amplio cuerpo de literatura científica y otros informes y también literatura gris, siendo los últimos 10 años el período más prolífico, especialmente realizado en los países desarrollados. En esta línea, este post sintetiza un artículo científico (Sánchez-González, Rojo-Pérez, Rodríguez-Rodríguez, Fernández-Mayoralas, 2020) recientemente publicado en acceso libre, cuya referencia bibliográfica completa aparece en la cabecera de este post. Forma parte de un número monográfico sobre Active/Healthy Ageing and Quality of Life, del que son editoras la Dra. Maria João Forjaz y la Dra. Carmen Rodríguez-Blázquez (Centro Nacional de Epidemiología; Instituto de Salud Carlos III, CNE-ISCIII). El artículo tiene como objetivo identificar las intervenciones relacionadas con la evidencia empírica en el modelo comunidades amigables para promover el envejecimiento activo y saludable. Ninguna de las revisiones de literatura científica manejadas (Dellamora et al., 2015; Hwang, 2017; Luciano et al., 2020; Lui et al., 2009; Menec & Brown, 2018 first online; Neville et al., 2016; Neville et al., 2018; Rogelj & Bogataj, 2019; Ronzi et al., 2018; Rudnicka et al., 2020; Steels, 2015; Syed et al., 2017; Torku et al., 2019 first online; Williams-Roberts et al., 2016) cubría el objetivo de nuestro trabajo, la intervención o el diseño experimental de entornos amigables con las personas mayores. No existe consenso para definir qué se entiende por ‘intervención’, pero una intervención, en general, se diseña, ejecuta y evalúa con el propósito de mitigar o prevenir situaciones de riesgo mediante la implementación de acciones destinadas a resolver problemas específicos en diferentes niveles (individuos, grupos y comunidades). Para llevar a cabo nuestra investigación, se realizaron búsquedas bibliográficas en bases de datos electrónicas seleccionadas (Web of Science y Scopus), siguiendo una revisión sistemática basada en las directrices Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyzes (PRISMA) (Moher et al., 2009), para obtener documentos científicos publicados entre las fechas 2007 y mediados de 2020. Bajo estas directrices se hizo la selección de estudios, la evaluación de su calidad y los criterios de elegibilidad. También la declaración PRISMA juntamente con el manual Cochrane (Higgins et al., 2011) constituyeron las herramientas para evaluar la calidad de la intervención y el tipo y grado de sesgo de riesgo. Al final de este proceso de búsqueda de documentos y de evaluación de su calidad, 11 referencias fueron retenidas para hacer la revisión sistemática. En el artículo original se puede ver un diagrama de flujo que reporta información sobre las diferentes fases de la revisión sistemática, así como varias tablas que registran las características de los estudios incluidos (Sánchez-González et al., 2020). El artículo exploró la evidencia empírica de la literatura académica relacionada con las características, contenido y efectividad de las intervenciones diseñadas para mejorar los factores de riesgo ambientales y psicosociales para las personas mayores basadas en el paradigma sobre ciudades y comunidades amigables. Las intervenciones ambientales se enfocaron en reducir el riesgo y adecuar el entorno ambiental cotidiano, mientras que las psicosociales priorizaron estrategias sociales (cambios de comportamiento, promoción de la participación) y capacitación. Los autores y campos de especialización estuvieron dominados por perfiles multidisciplinares, basados en los paradigmas de comunidades amigables y de envejecimiento activo o saludable, y enfocados desde las aproximaciones teóricas de los entornos físico y social y condiciones de salud. No obstante, se resalta que uno de cada dos estudios retenido ignoró estos enfoques. La edad promedio de las personas mayores que participaron en las intervenciones fue de 76,1 años, las mujeres representaron 7 de cada 10 participantes, y 6 de cada 10 intervenciones se realizaron en Asia y Australia, siendo así que no se encontraron estudios para América Latina y el Caribe y África. Todos los estudios fueron intervenciones no farmacológicas con predominio multicomponente, seguido de investigaciones de tipo ambiental y psicológico, y casi la mitad fueron de base individual. Desde el punto de vista geográfico, la mayoría de las intervenciones se llevaron a cabo principalmente a escala urbana y metropolitana. Se siguió una metodología mixta en casi 6 de cada 10 estudios, y en menor medida se aplicaron enfoques cuantitativos o cualitativos. El diseño del estudio se basó principalmente en intervenciones no controladas, seguidas de los enfoques controlados aleatorios y no aleatorios. Además, se observó una alta proporción de estudios de baja calidad metodológica y alto riesgo de sesgo. De hecho, solo dos estudios lograron una alta calidad en la descripción de los métodos e instrumentos que sustentan sus resultados. Hallazgos relevantes mostraron que las intervenciones fueron más efectivas en ciertos dominios del paradigma de ciudades y comunidades amigables, como el transporte y la vivienda, seguidas de un incremento en la participación como consecuencia del cambio de comportamiento relacionado con el estilo de vida. Los cambios inferidos se asociaron con proporcionar información y mejorar las habilidades; modificar el acceso, las barreras, las exposiciones y las oportunidades; mejorar los servicios y el apoyo; dar continuidad y efectividad a las transformaciones en el tiempo; y modificar políticas basadas en el enfoque de abajo hacia arriba en el paradigma de ciudades y comunidades amigables. Además, las intervenciones centradas en aspectos personales y organizativos pueden tener efectos positivos a largo plazo. Sin embargo, se observaron menos cambios en las intervenciones relativas a los estilos de vida debido al impacto de factores complejos de múltiples causas. Como conclusión, el artículo destaca que la relativa efectividad en materia de salud pone en tela de juicio el diseño de intervenciones y la supuesta “amigabilidad” de determinadas comunidades. Es necesario fomentar una sólida investigación longitudinal, dirigida a proporcionar conocimientos clave para la implementación y evaluación de políticas públicas y fomentar los programas de ciudades y comunidades amigables con las personas mayores. Esta revisión sistemática evidenció la necesidad de diseñar y aplicar intervenciones en diferentes contextos geográficos, así como de realizar investigaciones que confirmen su efectividad con el fin de traducir y canalizar el conocimiento hacia el desarrollo de políticas públicas para la promoción del envejecimiento activo y saludable. Artículo en International Journal of Environment Research and Public Health
dimarts, 27 de febrer 2024 09:04
![Un mundo para todas las edades: únete a la campaña mundial contra el edadismo](/documents/1566632/0/ndinfestomsccaa.jpg/f50c85ba-01e5-8bcb-3c82-205b9d673c01)
Un mundo para todas las edades: únete a la campaña mundial contra el edadismo
Categorías: Artículos , Respeto, inclusión y participación
Etiquetas: ciudades amigables , envejecimiento saludable , personas mayores , respeto e inclusión , sensibilización , edadismo , oms , relaciones intergeneracionales
VÂNIA DE LA FUENTE-NÚÑEZ | CO-AUTORA DEL INFORME MUNDIAL SOBRE EL EDADISMO Y RESPONSABLE TÉCNICO. UNIDAD DE CAMBIO DEMOGRÁFICO Y ENVEJECIMIENTO SALUDABLE. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD ¿Alguna vez has recibido un trato diferente a causa de tu edad? Es muy probable que tu respuesta sea afirmativa. La edad es usada con frecuencia como instrumento de categorización, condicionando nuestras interacciones personales, nuestras percepciones sobre nosotros mismos y las oportunidades o desventajas que disfrutamos o padecemos en términos de acceso a empleo, servicios de salud, plataformas políticas y una larga lista de etcéteras. Según el Informe mundial sobre el edadismo, publicado el 18 de marzo de 2021, la mitad de la población mundial es edadista contra las personas mayores y, en Europa, el edadismo es más frecuente hacia los jóvenes que hacia otros grupos de edad. El edadismo nos afecta a todos a lo largo de la vida. A partir de los cuatro años interiorizamos los estereotipos relativos a la edad existentes en nuestra cultura y éstos empiezan a guiar, de forma consciente o inconsciente, nuestros sentimientos y nuestra conducta hacia las personas de edades diferentes. Estos estereotipos también influyen en la forma en que nos comportamos y en lo que pensamos sobre nosotros mismos como miembros de un grupo etario determinado. El edadismo puede cohibirnos a adoptar ciertos roles estereotipados para edades diferentes a la nuestra. Por ejemplo, podemos ser reticentes a compartir nuestras ideas en una mesa de reunión cuando somos jóvenes porque hemos interiorizado la idea de que una persona joven no tiene nada que aportar. Por otro lado, podemos interiorizar la idea de que a partir de una edad no tenemos la capacidad para aprender, y no perseguir nuestros sueños de aprender a tocar un instrumento o incrementar nuestra formación durante la jubilación. El edadismo también está muy presente en las instituciones. Buscamos un empleo y se nos deniega porque se nos considera demasiado jóvenes o demasiado mayores; vamos al médico y no nos dan acceso a un tratamiento médico en base a nuestra edad, independientemente de nuestra capacidad intrínseca; vamos al banco y nos dicen que no se conceden préstamos a partir de una edad; intentamos iniciar un movimiento político y se nos niega la voz porque se considera inmadura para poder liderar. En muchos casos, ni siquiera nos percatamos de la existencia de edadismo en nuestras instituciones porque las normas, reglas y prácticas establecidas se han aplicado durante tanto tiempo sin ser cuestionadas, que no conseguimos ver la discriminación inherente a las mismas. Estas barreras sistemáticas limitan nuestro potencial y nuestro acceso a los recursos y tienen un impacto muy negativo en nuestra salud y bienestar. El edadismo está asociado a una mortalidad precoz, una peor salud física y mental, una menor calidad de vida y un mayor riesgo de aislamiento social y de soledad cuando somos mayores. Además, el edadismo tiene un alto coste económico para las personas y la sociedad. Según una estimación reciente, en los Estados Unidos de América, el edadismo genera anualmente costes adicionales por valor de US$ 63 millones para tratar una amplia gama de problemas de salud. En conjunto, representa uno de cada siete dólares gastados en las ocho enfermedades más prevalentes en los estadounidenses mayores de 60 años. La buena noticia es que podemos hacer algo para combatir el edadismo. Como indica el Informe mundial sobre el edadismo, tres estrategias son eficaces para reducirlo o eliminarlo. En primer lugar, podemos promover el desarrollo e implementación de medidas políticas y legislativas para hacer frente a la discriminación y la desigualdad por motivos de edad y proteger los derechos humanos de todos. Para asegurar su implementación efectiva, es importante que se establezcan mecanismos que permitan la aplicación y supervisión de dichas medidas a través de instituciones de defensa de los derechos humanos individuales y sociales y tribunales de justicia. En segundo lugar, podemos organizar actividades educativas que mejoren la empatía y ayuden a disipar conceptos erróneos sobre los diferentes grupos de edad. Las intervenciones educativas pueden ser múltiples e interdisciplinarias: manuales que transmiten información, conocimientos y habilidades, actividades de concienciación mediante juegos de rol, simulaciones y recursos de la realidad virtual, etc. Además, las actividades educativas se pueden incluir en todos los niveles educativos, desde primaria hasta la universidad y también en programas de formación continuada, tanto a nivel formal como no formal. Por último, podemos fomentar y participar en actividades intergeneracionales que reúnan a jóvenes y mayores, ya que éstas ayudan a reducir los prejuicios y estereotipos intergrupales. Para asegurar el éxito de dichas actividades es importante asegurar que ambos grupos tengan el mismo estatus y trabajen juntos hacia objetivos comunes (por ejemplo, pintar un cuadro, compartir historias). Es hora de decir no al edadismo. Es hora de crear juntos un mundo para todas las edades. Para ello debemos invertir en las tres estrategias que previenen y combaten el edadismo ya que están basadas en pruebas científicas. Debemos mejorar también la investigación en este campo para comprender mejor el edadismo, su impacto en los jóvenes y en las personas mayores y la manera de reducirlo. Es necesario recopilar datos en todos los países, utilizando escalas de medición del edadismo válidas y fiables. Y debemos unirnos al movimiento para cambiar el discurso sobre la edad y el envejecimiento. Todos podemos contribuir a eliminar el edadismo. Al unirnos en una amplia coalición podemos generar conversaciones para sensibilizar a la población y cambiar el discurso negativo actual. El 18 de marzo de 2021 se lanzó el primer Informe mundial sobre el edadismo, definiendo un camino a seguir para construir juntos un mundo para todas las edades. Dicho informe fue elaborado por la Organización Mundial de la Salud en colaboración con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas y el Fondo de Población de las Naciones Unidas. El informe señala el papel que pueden desempeñar los gobiernos, los organismos de las Naciones Unidas, las organizaciones de desarrollo, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, y las instituciones académicas y de investigación en la lucha contra el edadismo. No podemos olvidar que cada uno de nosotros puede ser parte activa del cambio. Además del Informe mundial sobre el edadismo, se ha elaborado un kit de herramientas para ayudar a organizar eventos, generar conversaciones sobre el edadismo en nuestros hogares, trabajos y escuelas, y para difundir el mensaje más allá de nuestro contexto inmediato aprovechando el alcance de las redes sociales. Tanto el informe como el kit de herramientas forman parte integral de la Campaña mundial contra el edadismo. Informe mundial sobre el edadismo en español Informe completo Kit de herramientas Otros recursos de la Campaña mundial contra el edadismo
dimecres, 09 d’octubre 2024 12:13
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dijous, 17 de novembre 2022 13:10
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