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Violencia de género y mujeres mayores
Categorías: Artículos
Etiquetas: ciudades amigables , abuso y maltrato , mujeres mayores , derechos
Iratxe Herrero Zarate. Socióloga, gerontóloga y criminóloga Carlos Díaz de Argandoña Fernández. Politólogo, agente de igualdad de oportunidades y formador Ambos dirigen y-logika, investigación social aplicada. La violencia de género es un fenómeno que históricamente ha quedado relegado al ámbito privado, si bien, en los últimos años, su visibilización está mostrando una realidad oculta que afecta a mujeres de perfil variado tanto en lo que respecta a su estatus socioeconómico, su edad, su hábitat geográfico o su nacionalidad. La conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, cada 25 de noviembre, es un acto —posiblemente, uno de los de mayor impacto social— que contribuye a mostrar esta realidad que victimiza a más mujeres de las que están presentes en los registros estadísticos o en los recursos de atención. Las actividades encaminadas a visibilizar a estas víctimas han estado orientadas en su mayoría a mostrar la imagen de una mujer de edad madura, asociada al rol de madre con hijas e hijos menores de edad y, también, la imagen de una mujer joven, adolescente. En los últimos años, sin embargo, se observa una incipiente tendencia a mostrar también a las mujeres de 65 y más años como víctimas de violencia de género, principalmente, en campañas de prevención y sensibilización. La visibilización de estas víctimas mayores se está trasladando al ámbito de la investigación, con estudios que centran su objeto de estudio de manera específica en este grupo etario. La propia Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, realizada por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ofrece datos estadísticos que permiten cuantificar la prevalencia de este fenómeno en este grupo de edad de manera específica. Tal y como recoge la última consulta, publicada en 2019, un 23,4% de las mujeres de 65 y más años han sido víctimas de esta violencia a lo largo de su vida y un 5,7% de las que ahora tienen esa edad, lo siguen siendo. Investigación sobre Violencia de género y mujeres mayores Estudio «Violencia de género y mujeres mayores en la Comunidad Autónoma de Euskadi: visibilizando una vulnerabilidad opaca» En la producción científica centrada en conocer la realidad de las mujeres mayores víctimas de violencia de género, es reseñable que en julio de este año se presentó a los medios de comunicación la investigación «Violencia de género y mujeres mayores en la Comunidad Autónoma de Euskadi: visibilizando una vulnerabilidad opaca» realizada por y-logika y financiada por Emakunde-Instituto Vasco de la Mujer. Esta investigación es la primera que se realiza en esta Comunidad Autónoma centrando el objeto de estudio exclusivamente en las mujeres mayores víctimas de violencia de género. La definición de mujer mayor corresponde a una persona de 65 y más años. Aunque la investigación se ha centrado en el País Vasco, más allá de ciertos aspectos relativos a recursos específicos, que pueden variar según el territorio, en esencia —y por experiencia del equipo investigador—, los resultados serían extrapolables a otros contextos geográficos; principalmente, en lo concerniente a los procesos de victimización que han vivido y viven estas mujeres. Por este motivo, compartir los resultados de esta investigación en este blog del Imserso, se convierte en una oportunidad de contribuir a visibilizar y sensibilizar sobre la realidad de estas mujeres mayores víctimas independientemente de su lugar de residencia. El estudio se ha realizado desde el enfoque de la gerontocriminología®, término acuñado por este equipo y que recibió la Mención Especial del I Premio a la Innovación en materia criminológica otorgado en 2016 por la Sociedad Española de Criminología-SECRIM. Este enfoque tiene como finalidad visibilizar la singularidad de la victimización y la delincuencia en el ámbito de las personas mayores. Esta singularidad se construye por la influencia de tres componentes de la variable edad: el factor generacional, el factor biológico y la etapa vital. En el caso de las víctimas de la violencia de género, esta variable les otorga una singularidad que les diferencia cualitativamente de lo que supone ser víctima a edades más jóvenes y les coloca en una posición de mayor vulnerabildad. La metodología empleada ha sido fundamentalmente de carácter cualitativo, buscando conocer las causas, características y consecuencias del fenómeno. También se aportan datos cuantitativos de la proporción de mujeres mayores víctimas en los recursos de atención. Para la consulta a entidades, profesionales, asociaciones, ciudadanía y familiares, la información se ha obtenido mediante entrevistas, grupos de discusión y método Delphi, En el caso de la consulta a mujeres mayores víctimas de violencia de género, la técnica empleada ha sido la historia de vida. La alta participación en cuanto al número de fuentes consultadas, superior a la prevista en el diseño metodológico inicial, ha contribuido a otorgar robustez a los resultados. Los resultados: fenómeno desconocido, singular y necesitado de una respuesta específica. Los resultados principales de la investigación son los siguientes: El fenómeno de la violencia de género hacia mujeres mayores es socialmente desconocido y singular: El edadismo social es uno de los factores que explica la opacidad de este fenómeno. Su singularidad resulta de la confluencia de factores individuales, sociales y de los asociados a la propia violencia que posicionan a las mujeres mayores víctimas en una situación de especial vulnerabilidad en comparación con víctimas más jóvenes. La singularidad de las mujeres mayores víctimas se construye a partir de las siguientes características: Son víctimas de violencia de muy larga duración, en muchos casos con historias de más de 40 años. Como consecuencia de esta larga victimización, presentan un estado de salud más deteriorado que otras mujeres de su edad y un mayor grado de aislamiento social. A lo largo de estas largas experiencias de victimización, la violencia sufrida se cronifica y se modifica, pasando de una violencia más física a una violencia más psicológica y de control económico en la etapa de la vejez. En la modificación de la violencia influyen dos aspectos relacionados con la etapa vital de la vejez propia de esta generación de personas mayores: la mayor presencia del hombre maltratador en el hogar tras la jubilación y la aparición de situaciones de dependencia que requieren de cuidados para las actividades de la vida diaria. Normalizan su situación y se adaptan a ella, aceptando con más facilidad que las mujeres jóvenes esta experiencia como algo propio de la relación de pareja, influenciadas, principalmente, por haber sido socializadas en la «cultura del aguantar» y en una idea de mujer vinculada al mantenimiento de la familia unida. Por lo tanto, tienden a mantener el vínculo de la pareja hasta el fallecimiento del hombre o de ellas mismas. Esta socialización y la escasa visibilidad social que hay de su figura como víctimas contribuyen a que no se identifiquen como tales y, en consecuencia, no comuniquen su situación ni soliciten ayuda. En consecuencia, su presencia en los recursos de atención o en los registros de denuncias es escasa en comparación con víctimas más jóvenes. Cuando deciden salir de la situación de la violencia, tienen que vencer más obstáculos por su edad, socialización y etapa vital; esto significa que tienen más dificultad para abandonar el domicilio, para adquirir independencia económica o para recibir apoyo familiar, puesto que, en muchas ocasiones, el propio entorno familiar —principalmente hijas e hijos— no acepta ni facilita que la mujer abandone la relación. La vulnerabilidad que todas estas características otorgan a estas mujeres mayores víctimas se incrementa en el caso de las mujeres de 80 y más años —la denominada cuarta edad—; las que viven en el medio rural; las que, por una situación de dependencia, requieren de cuidados o los tienen que procurar a su pareja y aquellas que no acuden a recursos o no participan en actividades sociales. Por lo que respecta a los hombres maltratadores de esta generación, se observa cómo el hecho de que se hayan socializado en un contexto más permisivo hacia este tipo de violencia, ha favorecido la legitimación que sienten al ejercerla. Paradójicamente, estereotipos sociales asociados a las personas mayores, tales como su carácter bondadoso o su fragilidad, contribuyen en estos casos a invisibilizar el comportamiento violento de los hombres maltratadores en esta etapa de su vida. En lo referente a la respuesta social, se observa que la escasa presencia de estas mujeres mayores en la red de atención contribuye a un desconocimiento de su singularidad. Por esta y otras razones, los recursos no siempre están adecuados a sus necesidades. También se observa una escasa relación entre recursos orientados a personas mayores y recursos orientados a víctimas de violencia de género. En este contexto, se identifica el papel fundamental de las asociaciones, de manera especial aquellas que se definen como «asociaciones de personas mayores», ya que son espacios a los que pueden acudir estas mujeres de manera natural y pueden servir de puente entre ellas y la red formal de atención en materia de violencia de género. Propuestas de actuación desde la administración local Desde este enfoque de la gerontocriminología®, se recomienda tener en cuenta esta singularidad del fenómeno anteriormente descrita, tanto en los procesos de análisis y diagnóstico como en la planificación y desarrollo de las actuaciones de prevención e intervención. Estas acciones de diagnóstico, planificación e intervención también encuentran cabida en el marco de las actuaciones llevadas a cabo por la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, iniciativa de la Organización Mundial de la Salud, gestionada por el Imserso en España, ya que se orientan a mejorar la calidad de vida de estas mujeres mayores, enlazando así con la propia finalidad de la citada iniciativa. Incorporar estas acciones contribuye a enriquecer la labor realizada por las entidades que ya forman parte de esta Red o que quieren sumarse a ella. En la práctica, se proponen algunas medidas que contribuyen a este objetivo y que pueden llevarse a cabo desde el marco de actuación de aquellos municipios sensibles a la importancia de ofrecer espacios amigables para las personas mayores: Realizar campañas de sensibilización para dar a conocer este fenómeno. Realizar estudios para conocer con más detalle la realidad de las mujeres víctimas, hombres maltratadores y recursos de cada municipio o comunidad. Desarrollar acciones de prevención y atención con un enfoque integral, que incorpore la perspectiva de género en los recursos de atención dirigidos a personas mayores y la perspectiva de la edad en los recursos del ámbito de la igualdad. Informar de los recursos existentes en aquellos espacios frecuentados por personas mayores. Incluir en las acciones tanto a las mujeres víctimas como a los hombres maltratadores y a sus familias. Adaptar los recursos a la singularidad de estas mujeres mayores víctimas. Ofrecer espacios de respiro, potenciando, por ejemplo, el papel de las asociaciones, especialmente de las asociaciones de personas mayores. Formar sobre este fenómeno a los equipos profesionales que trabajan con personas mayores así como a aquellos que pertenecen al ámbito de la igualdad. Tal y como se recoge en el informe de esta investigación: «Volver la mirada hacia estas mujeres mayores supervivientes de violencia de género para escuchar sus historias y conocer sus necesidades y demandas es una deuda histórica que tienen con ellas la sociedad en general y las políticas de género y gerontológicas en particular.» Desde y-logika queremos agradecer a la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores y al Imserso su contribución a la visibilización de este fenómeno. Conocer la realidad es el primer paso para la búsqueda de soluciones. Informe completo: Violencia de género y mujeres mayores en la Comunidad Autónoma de Euskadi: visibilizando una vulnerabilidad opaca. Resumen del informe: Violencia de género y mujeres mayores en la Comunidad Autónoma de Euskadi: visibilizando una vulnerabilidad opaca.
Friday, 24 November 2023 09:02
![Cartel conmemorativo por el Día Internacional de las Personas Mayores 2023.](/documents/1566632/0/20230929_dippmm2023.jpg/0baa6d0c-bbea-470e-0313-c0514ff158a1)
1 de octubre, Día Internacional de las Personas Mayores de 2023, un compromiso con los derechos de las personas mayores
Categorías: Red de Ciudades Amigables
Etiquetas: ciudades amigables , personas mayores , participación , derechos
Maite Pozo,coordinadora de la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores. Imserso. Hace 75 años, el 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento crucial en la historia de los derechos humanos. Esta Declaración fue redactada por representantes de todo el mundo de diferentes ámbitos jurídicos, culturales y lingüísticos, es el primer documento que articula los derechos humanos fundamentales que deben protegerse de manera universal. Para conmemorar este hito histórico, y para avanzar hacia un futuro que garantice que todas las personas, de todas las edades, disfruten plenamente de sus derechos humanos y libertades fundamentales, este año 2023, el tema elegido por Naciones Unidas para visibilizar y debatir el 1 de octubre, Día Internacional de las Personas de Mayores, es «Cumplir la promesa de la Declaración Universal de Derechos Humanos para las personas mayores: a través de las generaciones». Naciones Unidas insta a reflexionar sobre las medidas y acciones a llevar a cabo que contribuyan a construir sociedades basadas en los derechos humanos y a “generar compromisos entre todas las partes interesadas para potenciar la protección de los derechos humanos de las generaciones actuales y futuras de personas mayores en todo el mundo”. La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores se suma a esta conmemoración y pone en valor la participación de las personas mayores que esta Red promueve en los procesos de mejora para la creación de entornos amigables. Los pueblos y ciudades amigables facilitan la participación de las personas mayores para mejorar el entorno físico y social más cercano, el lugar en el que viven. Esta participación es una herramienta eficaz para la promoción y protección de los derechos de las personas mayores. Cuando las personas de cualquier edad se sienten incluidas participan más, y cuando participan, mejoran las redes sociales, el bienestar, disminuye el riesgo de aislamiento social y se favorece un envejecimiento saludable y satisfactorio. Facilitar la participación de las personas mayores en la vida social, cívica, cultural, política y económica de una localidad refuerza su sentimiento de inclusión y, también, el empoderamiento. La participación facilita el ejercicio de derechos y la reivindicación para exigir que se cumplan cuando se atenta contra ellos (por ejemplo, discriminación por edad). Una ciudad o comunidad amigable con las personas mayores facilita la participación y la convivencia: Crea entornos inclusivos y accesibles que no discriminen a las personas a medida que envejecen. Ofrece oportunidades de participación (social, cultural, política, educativa, espiritual, ocio) a la población de mayor edad. Trabaja para superar el edadismo, es decir, los estereotipos y prejuicios negativos sobre la vejez y la invisibilización de las personas mayores. Ofrece espacios de convivencia y actividades que promueven las relaciones sociales e intergeneracionales, que a su vez generan redes comunitarias de apoyo mutuo. Mejora la accesibilidad (física y cognitiva) de los espacios públicos y actividades, la accesibilidad es fundamental para facilitar la participación y la posibilidad de relacionarse a todas las personas. En definitiva, los municipios amigables con las personas mayores diseñan e introducen mejoras para satisfacer las necesidades de la amplia diversidad de personas mayores, promover su salud, autonomía, inclusión y contribuciones en todas las áreas de la vida comunitaria, respetar sus decisiones y opciones de estilo de vida, y anticipar y responder flexiblemente a las necesidades y preferencias relacionadas con el envejecimiento. Además, en este proceso, cuentan con la ciudadanía y diversidad de actores y sectores locales, generando implicación y “compromisos entre todas las partes interesadas”. Los procesos participativos acercan los gobiernos locales a la ciudadanía, y viceversa, la ciudadanía se acerca a su ayuntamiento. Implican un mejor conocimiento en ambas direcciones, y un mejor conocimiento facilita la comprensión de necesidades, demandas y recursos. Facilita el ejercicio de derechos, pero también el compromiso y la motivación con el ayuntamiento y para contribuir a mejorar el municipio. Se anima a los ayuntamientos que pertenecen a la Red en nuestro país a reforzar su compromiso con la amigabilidad de sus municipios y seguir avanzando en las mejoras necesarias, contando con la opinión, demandas y necesidades, y también propuestas, de las personas mayores en este proceso. Asimismo, se anima a los ayuntamientos que todavía no forman parte de la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, cuyos nuevos gobiernos municipales se han constituido recientemente, a conocer y formar parte de esta Red, y aprovechar los cuatro años de gobierno que tienen por delante para hacer de sus municipios lugares amigables donde envejecer de manera digna, saludable y satisfactoria. En palabras del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, “Las personas de edad son fuentes inestimables de conocimientos y experiencia y tienen mucho que aportar a la paz, al desarrollo sostenible y a la protección de nuestro planeta” y la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores puede ser una herramienta útil para facilitar esa contribución tan necesaria. Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores en España-Imserso. «Age-friendly World»-OMS. Naciones Unidas. UNIDOP 2023.
Wednesday, 20 December 2023 10:27
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Thursday, 17 November 2022 13:10
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