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astelehena, 21 azaroa 2022 10:45

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Logotipo del Observatorio del edadismo
20 - 12 - 2023

El Observatorio del Edadismo publica «Guía para una comunicación libre de edadismo hacia las personas mayores» y «El edadismo hacia las personas mayores en las sentencias del Tribunal Constitucional»

Categorías: Artículos

Elena Molina Núñez. Responsable de Proyectos. HelpAge International España. El pasado mes de noviembre, HelpAge International España, lanzó el Observatorio del Edadismo, un proyecto financiado por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y por la subvención del Imserso en el área de atención a personas mayores. En el evento de presentación, se presentaron los dos productos principales en los que ha trabajado el Observatorio del Edadismo en su primer año; la Guía para una comunicación libre de edadismo hacia las personas mayores y el informe El edadismo hacia las personas mayores en las sentencias del Tribunal Constitucional. Desde hace décadas la Fundación HelpAge International España viene realizando una importante labor de sensibilización en relación con los derechos de las personas mayores, situándose como una de las principales organizaciones a nivel estatal enfocada en prevenir y luchar contra la discriminación por razón de edad en todos los sectores de la sociedad. Como se concluye en el Informe Mundial sobre el Edadismo publicado en el año 2021 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), este tipo de discriminación se filtra en muchas instituciones y sectores de la sociedad, incluidos los que brindan atención sanitaria y social, así como en el lugar de trabajo, los medios de comunicación y el ordenamiento jurídico. El edadismo tiene consecuencias graves y amplias para la salud y el bienestar de las personas. Entre las personas mayores, como se indica en el referido Informe de la OMS, el edadismo se asocia con una peor salud física y mental, un mayor aislamiento social y soledad, una mayor inseguridad financiera, una menor calidad de vida y unas mayores tasas de muertes prematuras. Con el Observatorio del Edadismo, la Fundación HelpAge International España tiene como objetivo reducir el problema de la discriminación por razón de edad, a través de la lucha contra los prejuicios por medio de la recopilación de datos, la investigación, la evaluación de leyes y políticas públicas y las actividades educativas para mejorar la empatía y combatir ideas erróneas en relación con las personas mayores y sus derechos. El Observatorio de Edadismo quiere trabajar por y para la sociedad española y específicamente por los derechos de las personas mayores tal y como establece la misión de la Fundación HelpAge International España, por ese motivo la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores y los municipios que la integran tienen un papel clave debido a que puede hacer uso de los productos del Observatorio de Edadismo, así como puede acudir al Observatorio de Edadismo cuando crea necesario para trabajar conjuntamente por los derechos de las personas mayores, desde la política pública se puede y se ha de trabajar por los derechos y sobre todo por hacer efectivos los derechos en el terreno local. La creación de entornos amigables con las personas mayores requiere necesariamente trabajar medidas para superar el edadismo. El Observatorio del Edadismo trabaja principalmente tres líneas de acción concretas; en primer lugar, la comunicación y la imagen, luchando contra una imagen infantilizada y caritativa de la vejez mostrando todo el aporte a la sociedad que realizan las personas mayores a la sociedad; en segundo lugar, la justicia y el derecho, donde se tiene que materializar los derechos y poner palabras para evitar discriminaciones y; finalmente, las políticas públicas, que es donde se manifiesta o se hacen efectivos los derechos. Para desarrollar este tercer pilar del Observatorio del Edadismo el próximo año se realizará una labor de asesoramiento, análisis, evaluación y difusión de la información relativa a las políticas propuestas sobre los derechos de las personas mayores, así como un posterior desarrollo de los otros pilares del Observatorio del Edadismo. Es importante que también todos los miembros de la red se sirvan de estos productos y de los futuros para enriquecer sus proyectos para la promoción de los derechos de las personas mayores. Guía para una comunicación libre de edadismo hacia las personas mayores La adecuación, en la publicidad y los medios de comunicación, de la representación de la situación de las personas mayores resulta esencial para la lucha contra el edadismo, de cara a evitar caer en la generalización y el estereotipo, que lleva a la ulterior discriminación. Para evitarlo, se debe mostrar la diversidad de la realidad de las personas mayores, lo cual requiere de un conocimiento previo y de una comunicación responsable. Para ello, el Observatorio sobre el Edadismo se ha dirigido en su primer año de andadura al sector periodístico, publicando en este 2023 una Guía para una comunicación libre de edadismo hacia las personas mayores dirigida a periodistas de habla hispana y destinada a orientar y resolver posibles dudas que puedan surgirles en su cobertura de las noticias relativas a personas mayores de cara a servir como herramienta útil para un periodismo realista con las personas mayores, y por lo tanto, alejado de estereotipos., en fin, un periodismo sin edadismo que refleje la diversidad de las personas mayores. Esta guía, compuesta de ocho capítulos, comienza exponiéndonos los actuales cambios demográficos que están transformando nuestra sociedad y nuestra forma de entender el envejecimiento y cómo un buen uso del lenguaje desde el ámbito de la comunicación, puede ser clave para llegar a todos los estamentos sociales. En los siguientes apartados, podemos leer sobre los mitos y estereotipos del edadismo, las mujeres mayores y los medios de comunicación o la importancia de un buen uso del lenguaje. En este caso, se aconseja utilizar un lenguaje consciente y responsable para así evitar perpetuar lo estereotipos y falsos mitos que rodean al grupo etario de las personas adultas mayores. También hace referencia a las imágenes y las personas mayores, donde recomienda por un lado utilizar imágenes de las personas mayores actuales, reales y no estereotipadas y por otro, evitar mostrar imágenes de envejecimientos patológicos que asocien edad a dependencia, fragilidad o soledad. El edadismo hacia las personas mayores en las sentencias del Tribunal Constitucional La Justicia y el Derecho desempeñan un papel fundamental para garantizar los derechos de las personas mayores y, más concretamente, para luchar contra la discriminación por razón de edad, habiendo sido reconocida la edad, por la doctrina constitucional, como posible causa específica de discriminación, a pesar de no aparecer expresamente mencionada en el artículo 14 de la Constitución Española. Es por ello por lo que, en el marco de su misión, el Observatorio se ha dedicado a la recopilación y análisis de la jurisprudencia sobre el edadismo con el objetivo de proporcionar a los profesionales de la justicia, jueces y legisladores, información sobre la legislación y su aplicación publicando el informe El edadismo hacia las personas mayores en las sentencias del Tribunal Constitucional. Se trata de un informe que aborda la aplicación de la regulación legal en materia de derechos de las personas mayores y más concretamente, en relación con la discriminación por razón de edad, así como hacer una descripción de las características de las sentencias seleccionadas. Algunas de las conclusiones que podemos sacar de este estudio son: Por una parte, que hay pocas sentencias de la jurisdicción constitucional que aborden la discriminación por razón de edad mayor. Esto significa que, a pesar de que esa discriminación existe, ha habido pocas reclamaciones por ello. Se trata de un indicio más del edadismo y la invisibilidad de las personas mayores como sujetos de derechos. Por otra, que el ámbito en el que se concentran las reclamaciones por discriminación etaria es el laboral; concretamente, la jubilación, los despidos a ella vinculados y la limitación a las personas mayores para acceder a determinados empleos. También vemos como las construcciones sociales asociadas a la edad y la vejez, son en parte fortalecidas por esa jurisprudencia permisiva del Tribunal Constitucional. Quizás nos encontramos en un momento de transformación social en el que esa construcción jurídico-social va a empezar a cambiar. Tanto la Guía para una comunicación libre de edadismo hacia las personas mayores como el Informe sobre el edadismo hacia las personas mayores en las sentencias del Tribunal Constitucional están disponibles en la página web del Observatorio del Edadismo de HelpAge International España.

asteazkena, 20 abendua 2023 10:26

Mujer mayor ante una ventana en contraluz
15 - 06 - 2023

Una sociedad que reclama justicia social no puede seguir invisibilizando los abusos y malos tratos hacia las personas mayores

Mónica Ramos Toro. Geroantropóloga feminista. Coordinadora técnica de UNATE - La Universidad Permanente y Fundación PEM - Patronato Europeo de Mayores. A pesar de que los abusos y malos tratos hacia las personas mayores son considerados un problema social y de salud pública, existen escasos estudios que aborden esta problemática (UDP, 2019 y 2016; United Nations, 2013; Sancho, et al, 2011; Casado y Bárcena, 2014) y menos aún que lo hagan desde una perspectiva de género (Ramos et al., 2020; United Nations, Ibíd., 2013; Luoma, et al., 2011; Barba, et al., 2009). De hecho, no ha sido hasta hace relativamente poco tiempo cuando se ha evidenciado que las personas mayores también son víctimas de malos tratos, por lo que su investigación es muy reciente (Red2Red, 2018). Prueba de ello es que las Naciones Unidas abordan por primera vez la violencia contra las personas mayores en la II Asamblea Mundial del Envejecimiento, celebrada en Madrid en 2002, en la que se presenta un informe al respecto. Una década después, el 9 de marzo de 2012, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el 15 de junio como el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, con el objetivo de poner en el calendario mundial esta problemática tan invisibilizada. En el caso de España, en el año 1996 se celebró la Primera Conferencia Nacional de Consenso que abordó los malos tratos en las vejeces, dando lugar como resultado a la Declaración de Almería, según la cual, «maltrato a mayores sería todo acto u omisión sufrido por personas de 65 años o más, que vulnera la integridad física, psíquica, sexual y económica, el principio de autonomía o un derecho fundamental del individuo; que es percibido por éste o constatado objetivamente, con independencia de la intencionalidad y del medio donde ocurra (familiar, comunidad e instituciones)». Aunque la definición más aceptada tanto a nivel nacional como internacional es la que planteó la Red Internacional para la Prevención del Maltrato hacia las Personas Mayores (INPEA) en 1995, y ratificada en 2002 por la OMS, conocida como la Declaración de Toronto, en la que los abusos y malos tratos hacia las personas mayores (MTPM) se definen como: “la acción única o repetida, o la falta de la respuesta apropiada, que causa daño o angustia a una persona mayor y que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza”. Es tan amplio el espectro de los abusos que abarca desde malos tratos físicos, psicológicos, sexuales, financieros, negligencia y abandono, vulneración, obstinación diagnóstica, obstinación terapéutica, entre otros. Así, por ejemplo, se considera abuso financiero o económico cuando se hace un uso ilegal o indebido de propiedades o finanzas pertenecientes a una persona mayor. Cuando se le niega el derecho al acceso y control de sus fondos personales. O cuando se le coacciona o engaña para que modifique su testamento u otros documentos jurídicos. El término negligencia hace referencia a la falta de atención u omisión a las necesidades básicas de las personas mayores: se puede ejercer de manera activa o pasiva. Y se considera abandono a la deserción completa por parte de la persona que ha asumido el papel de cuidadora de una persona mayor. En definitiva, todas las formas de abusos y malos tratos llevan implícita una vulneración de los derechos de las personas mayores. Asimismo, los escenarios en los que se producen los malos tratos son muy diversos: el domicilio de la persona mayor, el hogar de los/as hijos/as, la sala de urgencias de un hospital, la consulta de atención primaria, una residencia para personas mayores, una entidad financiera, un centro de formación para personas mayores, los medios de comunicación, etcétera. Además, aunque los MTPM se acaban expresando en conductas concretas, a menudo hunden sus raíces en variables estructurales. Se estima, por ejemplo, que en España, el 27% de las personas mayores técnicamente son "pobres" y un porcentaje parecido se encuentra en el umbral de la pobreza, y es sabido que son las mujeres, con frecuencia viudas, las que mayoritariamente subsisten con pensiones de viudedad o asistenciales, en condiciones de precariedad. Esto debe hacernos reflexionar ya que, aunque los malos tratos a personas mayores se dan en todas las clases sociales, los escenarios de exclusión se convierten en un caldo de cultivo determinante. Según INPEA, los datos de los que disponemos sobre malos tratos a personas mayores son apenas la punta del iceberg, y se pueden utilizar únicamente como datos orientativos, pero no como estimación precisa sobre su prevalencia. Por ejemplo, el estudio de incidencia realizado en 1998 en EEUU por el National Center on Elder Abuse estimó que sólo el 16% de las personas mayores de 65 años que había padecido maltrato lo habían notificado a una institución oficial; es decir, 5 de cada 6 casos quedaban sin notificar. En 2017, un estudio basado en el análisis de 52 estudios realizados en 28 países de diversas regiones del mundo, estimó que, durante 2016, el 15,7% de las personas de 60 años o más fueron sometidas a alguna forma de abuso. Y según la OMS, la tasa de maltrato a personas mayores en el mundo se sitúa entre el 4% y el 6%, cifras parecidas a lo que apuntan los estudios realizados en España, en los que la incidencia oscila entre el 4% y el 5%, siendo las formas más frecuentes la negligencia y el abuso emocional —en todas sus formas— y las menos frecuentes, el maltrato físico y el abuso sexual. Además, se reconoce que el abuso contra las personas mayores es el menos conocido a nivel mundial y su prevalencia es incalculable (al menos de momento) debido a los numerosos factores que impiden su estudio: invisibilidad social e institucional; deterioro cognitivo, trastornos psicológicos como la depresión, dependencia o discapacidad de la víctima; sentimientos de vergüenza, tristeza e impotencia que llevan al ocultamiento de la situación de maltrato; falta de conciencia por parte de las propias personas mayores de estar sufriendo malos tratos, o de quienes los ejercen de estar infligiéndolos, etcétera. Otra complicación añadida es que los estudios de los que disponemos presentan problemas tanto metodológicos como conceptuales que dificultan la comparación de los resultados, lo cual limita la representatividad y posible generalización de los mismos. Problemas entre los que destacan: la falta de acuerdo universal en algunos criterios —como, por ejemplo, los tipos de malos tratos a incluir en los estudios—, la falta de procedimientos de muestreo claros, la utilización de múltiples instrumentos para evaluar los malos tratos, etcétera (Red2Red, Ibíd., 2018; Sancho, et al, Ibíd., 2011). Asimismo, la mayoría de los estudios disponibles se han realizado en países occidentales y son muy escasos los realizados, por ejemplo, en las sociedades asiáticas o africanas, por lo que el conocimiento de los malos tratos a personas mayores a nivel mundial es muy limitado (United Nations, Ibíd., 2013). E incluso para la comparativa con datos nacionales, a pesar de disponer de más estudios en países occidentales, en ocasiones con contextos culturales y tradicionales claramente distintos al español, la extrapolación de datos se hace muy difícil y, en ocasiones, poco útil. A pesar de ello, queda evidenciado que los estudios con los que contamos sirven al menos para demostrar que los malos tratos hacia las personas mayores existen y que son un problema social y de salud pública. En lo que coinciden todos los estudios es en que entre los factores que caracterizan a las víctimas destacan: el ser mujer —las mujeres representan del 66 al 100% de los casos, según el estudio que analicemos—, la edad avanzada, un elevado grado de dependencia y deterioro, la escasez de recursos económicos, el aislamiento social y la falta de apoyos familiares y/o sociales. Además, parece que son las mujeres las que sufren los casos más graves de maltrato tanto físico como psicológico. Vemos, pues, que la confluencia de factores como el género y la edad hace que las mujeres mayores tengan un alto riesgo de sufrir algún tipo de maltrato en sus vejeces. Lo que también podemos afirmar es que la principal causa que perpetúa esta discriminación, abuso y malos tratos hacia las personas mayores tiene que ver con la mirada estereotipada y estigmatizadora que existe todavía sobre las mismas, así como con las representaciones sociales edadistas sobre el envejecimiento y la vejez definidas todavía como un proceso y una etapa de la vida con connotaciones negativas. Este edadismo y la escasa adopción de un enfoque de género son dos factores que contribuyen a invisibilizar el maltrato infligido a las personas mayores, lo que afecta especialmente a las mujeres, ya que son quienes más los sufren (Ramos, et al. Ibíd., 2020; UDP, 2019; Casado y Bárcena, Ibid., 2014; Sánchez Moro, Ibíd., 2013). El edadismo genera unas actitudes y representaciones sociales negativas hacia las personas mayores que, en cierta forma, «hacen que se las deshumanice» (Sánchez Moro, Ibíd.). Especialmente negativas son las imágenes socioculturales que las muestran como seres frágiles, débiles, dependientes y con escaso o nulo poder y control sobre sus vidas, lo que provoca que se les dé un trato desempoderante en el que se tiende a anular su capacidad para la toma de decisiones y el desarrollo de una vida autónoma. En el mismo sentido, deberíamos considerar un mal trato, o al menos la ausencia de buen trato, la falta de protagonismo y reconocimiento de las aportaciones que realizan las personas mayores, especialmente las mujeres mayores, en la sociedad y en las familias, y que invisibilizan su contribución al desarrollo y bienestar. Este edadismo es un caldo de cultivo sobre todo para el abuso y la violencia hacia las mujeres mayores —que son las que llegan a edades más avanzadas— en diferentes ámbitos, tanto familiares como institucionales o sociales, haciendo de éste un grave problema de muy difícil abordaje, dada la escasez de estudios que evidencien datos reales sobre su incidencia, la falta de visibilidad de esta problemática en los medios de comunicación y la falta de concienciación de la sociedad en su conjunto y de los/as profesionales que tratan de manera cotidiana con familias y con personas mayores. En esta línea de trabajo necesario, la Década del Envejecimiento Saludable (2020-2030) promovida por la Organización Mundial de la Salud, establece entre sus prioridades superar el edadismo cambiando “nuestra forma de pensar, sentir y actuar con respecto a la edad y el envejecimiento”, y fomentar los entornos físicos y sociales amigables con la población mayor que aseguren que las ciudades y comunidades “fomenten las capacidades de las personas mayores”. Ambas pueden contribuir a la toma de conciencia y superación de los malos tratos y abusos a personas mayores. En conclusión, desde UNATE - Fundación PEM, queremos destacar que no sólo en torno al 15 de junio Día de la Toma de Conciencia sobre el Abuso y Malos Tratos en la Vejez tenemos que poner el foco en esta problemática social, si no de manera más sistemática, ya que sólo se mejora aquello que se saca a la luz y se prioriza en la agenda política y social. Por ello, es necesario reivindicar un enfoque de derechos en todo lo relativo a las personas mayores: nacemos con derechos y no los perdemos por el hecho de hacernos mayores. Además, es imprescindible adoptar un enfoque de género en el abordaje de la violencia contra las mujeres mayores que permita visibilizar sus características y necesidades propias, lo que repercutirá en un desarrollo de políticas, estrategias y estándares que sirvan para detectar e intervenir en las diferentes situaciones de violencia y, en última instancia, para contribuir a su prevención. Bibliografía: Barba Martínez, José María; Ferrer Prior, Virtudes; Gea Serrano, Amor; Guillén Martínez, Catalina y Turné García, Marina (2009), Protocolo para la Prevención y Detección de la Violencia en la Mujer Mayor de 65 años, Región de Murcia, Instituto de la Mujer de la Región de Murcia y el Servicio Murciano de Salud. [Internet] 2009 [recuperado 22 noviembre 2010]. Casado Bermejo, Inés y Bárcena Calvo, Carmen (2014), «Analysis of violence against elderly woman», Procedia Social and Behavioral Sciences, 161 (2014), pp. 110-114. [Internet] 2014 [recuperado 11 mayo 2015] Luoma, Minna-Lisa; Koivusilta, Mira; Lang, Gert; Enzenhofer, Edith Enzenhofer; De Donder, Liesbeth; Verté, Dominique; Reingarde, Jolanta; Tamutiene, Ilona; Ferreira-Alves, José; Santos, Ana João and Penhale, Bridget (2011), Prevalence Study of Abuse and Violence against OlderWomen. Results of a Multi-cultural Survey in Austria, Belgium, Finland, Lithuania, and Portugal (European Report of the AVOW Project). Finland: National Institute for Health and Welfare (THL). [Internet] 2011 [recuperado 8 noviembre 2012]. Organización Mundial de la Salud (2020). Década del Envejecimiento Saludable (2020-2030). [Internet] 2020. Ramos Toro, Mónica (coord.) (2020). Diagnóstico de la violencia de género que sufren las mujeres mayores de 60 años en la ciudad de Madrid, promovido y financiado por la Dirección General de Prevención y Atención frente a la Violencia de Género. Área de Gobierno de Familias, Igualdad y Bienestar Social. Ayuntamiento de Madrid, de julio a diciembre de 2020. Red2Red Consultores (2018), La violencia de género contra las mujeres mayores en la población aragonesa, Instituto Aragonés de la Mujer. [Internet] 2018 [recuperado 28 de diciembre 2018]. Sancho Castiello, Mayte; Pérez Rojo, Gema; Barrio Truchado, Elena; Yanguas Lezaun, José Javier; Fernández de Trocóniz, María Izal (2011). Estudio de prevalencia de malos tratos a personas mayores en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Documentos de Bienestar Social, nº 75. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco. [Internet] 2011 [recuperado 8 noviembre 2012]. Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados de España (UDP). (2016). Prevención de malos tratos a personas mayores. [Internet] 2016 [recuperado 13 junio 2016]. (2019). Informe sobre edadismo. [Internet] 2019 [recuperado 8 junio 2019]. United Nations (2013), «Neglect, Abuse and Violence against Older Women», New York: Division for Social Policy and Development Department of Economic and Social Affairs, United Nations. [Internet] 2013 [recuperado 2 abril 2014].

asteazkena, 09 urria 2024 12:30

Cartel de la campaña «Cómo combatir el edadismo hacia las personas mayores, de la teoría a la práctica»
06 - 06 - 2023

Cómo combatir el edadismo hacia las personas mayores, de la teoría a la práctica

Lourdes Charles. Asociación SomSeniors Esther Martín y Nuria Monterde. Departamento de Promoción de Personas Mayores del Ayuntamiento de Barcelona La ciudad de Barcelona forma parte de la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, impulsada por la Organización Mundial de la Salud. Fruto de este compromiso, desde el Ayuntamiento de Barcelona se han llevado a cabo diversas acciones, como la aprobación de la Estrategia sobre cambio demográfico y envejecimiento que lleva como lema «Una ciudad para todos los ciclos de vida, 2018-2030» y la elaboración del «Plan Barcelona Ciudad Amigable con las Personas Mayores, 2022 -2030». Precisamente, el primer eje de este plan es el empoderamiento, respeto y buen trato hacia las personas mayores y uno de sus objetivos es prevenir y abordar las discriminaciones por razones de edad. Para dar respuesta a esta problemática, el Ayuntamiento de Barcelona ha publicado el documento «Cómo combatir el edadismo hacia las personas mayores», donde se recogen los efectos del edadismo en las personas mayores y ofrece recomendaciones y ejemplos prácticos de creencias y comportamientos que hay que evitar y otros que se tienen que fomentar para luchar contra la discriminación por razón de edad. El documento, elaborado conjuntamente con la Asociación SomSeniors, parte de una investigación cualitativa previa realizada en 2021 donde participaron profesionales del mundo del envejecimiento activo y personas mayores de Barcelona. Esta investigación concluyó que hay que dar respuesta a las nuevas y diversas maneras de hacerse mayor y sensibilizar a toda la ciudadanía para cambiar la mirada hacia el envejecimiento. En 2022 el Departamento de Promoción de las Personas Mayores junto con SomSeniors desarrolla un recurso para combatir el Edadismo. Durante su elaboración, los contenidos se contrastan con los profesionales de los diferentes distritos de la ciudad de Barcelona que trabajan con personas mayores, con la finalidad de validar los comportamientos a evitar y los discursos a fomentar. El documento va dirigido principalmente a tres grupos de interés (las administraciones públicas, los medios de comunicación y las empresas) que influyen en la creación de realidades. Asimismo, también va dirigido a toda la ciudadanía en general, pues es importante sensibilizarla respeto el envejecimiento y cómo actuar para evitar caer en el edadismo. El documento está dividido en cinco apartados. Veamos los puntos más importantes de cada uno de ellos: El primero explica qué es el envejecimiento y cómo ha evolucionado. Hay que destacar que el envejecimiento es una evolución natural de las personas, no un proceso limitador y que el criterio utilizado para catalogar a una persona como mayor es simplemente la edad, hecho que provoca una homogeneización de un conjunto de personas negando su diversidad. El segundo apartado trata el concepto del edadismo y qué efectos tiene en las personas mayores que lo sufren. El edadismo es un proceso de elaboración de estereotipos y discriminación contra las personas únicamente por el hecho de ser mayores y puede ser institucional, interpersonal o autoinfligido. Sus principales efectos hacia las personas que lo sufren son: reducción de la calidad de vida, aumento del aislamiento social y el sentimiento de soledad, menores niveles de autonomía y una salud física y mental más deficiente, lo que conlleva finalmente en un aumento en el riesgo de violencia y abuso hacia este colectivo. El tercer apartado nos descubre la existencia del microedadismo, qué es el edadismo normalizado socialmente y que, incluso, puede pasar desapercibido. Son comportamientos, comentarios verbales y actos que contribuyen a la discriminación por razón de edad hacia las personas mayores en la vida cotidiana (ejemplo: “No entiendo las prisas de las personas mayores, si no tienen nada que hacer”). El cuarto apartado reflexiona sobre creencias y comportamientos discriminatorios que hay que evitar y ofrece orientaciones y recomendaciones para fomentar la construcción de nuevos relatos que comporten un cambio de mirada hacia el envejecimiento. Estas creencias y comportamientos están divididos en cinco ámbitos diferenciados. Vemos algunos ejemplos: Convencionalismos sociales: hay que evitar homogeneizar el colectivo, hablar del envejecimiento como una etapa de la vida negativa, juzgar apariencias que no sigan los cánones estéticos establecidos e infantilizar el trato con ellos. Por lo tanto, es necesario fomentar la diversidad de las personas mayores, considerar el envejecimiento como una etapa llena de oportunidades, aceptar las diferentes apariencias físicas y garantizar el derecho de expresar su propia opinión. Salud: se recomienda no considerar la vejez como un sinónimo de enfermedad y dependencia, puesto que un porcentaje considerable de personas mayores disfrutan de un envejecimiento normal y satisfactorio con una buena salud. Estilo de vida: habría que evitar pensar que las personas mayores son una carga social o que tienen una vida monótona y poco interesante y valorar su participación en la sociedad, entender su proceso de adaptación a los cambios y su manera de disfrutar la vida como en cualquier otra persona. Desarrollo cognitivo: sería necesario cambiar la creencia que las personas mayores pierden capacidades intelectuales, puesto que continúan manteniendo sus capacidades cognitivas y potenciando sus talentos. En este sentido, también existe la creencia que tienen pocos conocimientos informáticos, cuando en realidad la complejidad de la digitalización afecta a toda la sociedad. Desarrollo emocional: no se tendría que afirmar que la soledad no deseada es un problema que afecta únicamente a las personas mayores y que éstas acostumbran a estar deprimidas y tristes, lo que comporta un trato más complicado con ellas. La soledad afecta en todas las etapas de la vida y la mayor parte de las personas mayores tienen ganas de disfrutar plenamente de su vida. En el quinto y último apartado se trata el tema de la terminología que se utiliza para referirse a las personas mayores (gente mayor, tercera edad, abuelos-abuelas, etc.) y se llega a la conclusión que se necesitan palabras adecuadas para cada etapa del envejecimiento, puesto que es la mejor manera de tener presente la diversidad existente en las personas mayores. Hay que destacar como reflexión final que el edadismo es un problema social grave que necesita un proceso de transformación social para conseguir una sociedad inclusiva con el envejecimiento de las personas. Y, para conseguirlo, es necesario sensibilizar y realizar acciones de comunicación, charlas, conferencias, talleres, etc. con el fin de crear una nueva conciencia social respecto al envejecimiento. Guía Cómo combatir el edadismo hacia las personas mayores. De la teoría a la práctica.

osteguna, 15 ekaina 2023 08:47

Rostro de una mujer mayor, con texto «Tu edad NO es un problema. El problema es el EDADISMO»
26 - 05 - 2023

El SEAM: un servicio que pone los derechos de las personas mayores en el centro

María Gangutia. Responsable de Derechos Humanos e Incidencia de HelpAge International España y coordinadora del Servicio Estatal de Atención a Personas Mayores (SEAM). Viridiana Chacón. Responsable de Comunicación y Prensa de HelpAge International España. Desde finales del año 2022, la fundación HelpAge International España gestiona el Servicio Estatal de Atención a Personas Mayores (SEAM), que cuenta con la colaboración del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y del Imserso. A través del SEAM, un servicio gratuito y de ámbito nacional, buscamos que las personas mayores participen en la elección de cómo quieren que sean sus vidas y que para ello sean conocedoras tanto de sus derechos como de los recursos y servicios a su alcance para que puedan hacer uso de estos o para que los reclamen. ¿Cómo surge el SEAM? Para conseguir el diseño de un buen servicio es necesario primero tener un buen diagnóstico de la realidad que pretendemos cambiar. Durante varios años antes de lanzar el SEAM, HelpAge International España ha trabajado para conseguir este diagnóstico en paralelo al trabajo realizado de investigación y sensibilización respecto al edadismo. A la vista de los múltiples casos de discriminación por razón de edad en diferentes ámbitos de la sociedad que hemos podido observar, llegamos a la conclusión de que además de la necesidad de continuar en la línea de la sensibilización, hacía falta dar un paso más para actuar de manera inmediata, ofreciendo una herramienta a las personas mayores para que puedan informarse y ejercer sus derechos ya que un importante obstáculo al que nos enfrentamos en relación con este tipo de discriminación es que existe un enorme desconocimiento por las personas hacia sus derechos y si una persona desconoce sus derechos y las formas en las que actuar ante la vulneración de los mismos, es muy difícil que pueda ejercer su ciudadanía plena con igualdad de oportunidades. Como se indica en el Informe Mundial sobre el Edadismo publicado por la OMS en el año 2021, una de las estrategias para reducir el edadismo es a través de políticas y legislación destinadas a este fin, buen ejemplo de ello es la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores promovida por la OMS e impulsada por el Imserso en España, que se dirige principalmente a los ayuntamientos, siendo estos las administraciones más cercanas a la ciudadanía, fomentando las ciudades y pueblos amigables un envejecimiento saludable y activo, por medio de la optimización de las condiciones de vida de las personas mayores en sus localidades, a través de la incorporación de la perspectiva de envejecimiento en la planificación municipal de manera transversal. La Red persigue apoyar y permitir a las personas mayores vivir dignamente, disfrutar de una buena salud y continuar participando en la sociedad de manera plena y activa, objetivos que compartimos íntegramente en HelpAge International España y que buscamos alcanzar a través del SEAM, facultando a las personas para que reclamen sus derechos a un acceso y una participación igualitarios. Desde el SEAM acercamos a las personas que nos contactan los recursos y servicios que necesitan para fomentar su autonomía de cara a que las personas mayores puedan, tal y como indica Laura Adler en su ensayo sobre la edad titulado «La viajera de noche», diseñar su futuro y no solamente un futuro restringido que se les prepara, para que tengan el derecho de reivindicar tanto como de esperar y para que, entre todos, dejemos de aceptar que llegada una edad se nos trate como no-sujetos. El SEAM está dirigido a: Personas mayores que buscan información sobre servicios y recursos. Personas mayores que requieran ayuda ante una situación de discriminación por razón de edad Cuidadoras y cuidadores que necesitan información y asesoramiento sobre derechos y buen trato a personas mayores. Cualquier persona que necesita orientación para ayudar a una persona mayor que esté viviendo una situación de discriminación por razón de edad. ¿Cuáles son los hallazgos del SEAM hasta el momento? En cuanto a los motivos de consulta que nos llegan al SEAM destacan la dificultad de las personas mayores para acceder a trámites digitales, cuidados e información sobre prestaciones y servicios, lo que puede llegar a provocar su exclusión social. El SEAM recibe consultas tanto de personas mayores como de cuidadores y del entorno de personas mayores que han expresado su preocupación en relación con múltiples vulneraciones de derechos de las personas mayores. Según datos recogidos desde la activación del servicio, el principal motivo de consulta al SEAM es la brecha digital, un fenómeno que afecta a las personas mayores en su acceso a servicios de atención al ciudadano, lo que supone una barrera en el acceso a servicios básicos, así como a los servicios bancarios, provocando una exclusión financiera que impide su autonomía personal al depender muchas personas mayores de su entorno para realizar operaciones tan sencillas como la retirada de efectivo. El siguiente motivo de las consultas que más llegan al SEAM son aquellas relacionadas con información sobre prestaciones y servicios, entre ellas, cuestiones sobre prestaciones económicas (bonos sociales, IMV, subsidio por desempleo para mayores de 52 años…) y pensiones. El tercer motivo más frecuente en las consultas gira en torno a los cuidados, en este ámbito las personas usuarias del SEAM plantean problemas en el acceso a los servicios y ayudas para la atención a la dependencia debido, principalmente, a los retrasos en su tramitación y a la información insuficiente acerca de los cuidados. En segundo lugar, respecto a la edad específica de las personas usuarias del SEAM, desde HelpAge International España siempre hemos defendido, como se indica en el citado Informe de la OMS, la importancia de la obtención de datos de las personas mayores, así como de que éstos se presenten de forma desglosada, de cara a no ocultar la gran diversidad existente en las personas mayores. Así lo hemos hecho con el SEAM. En relación con la edad, las personas atendidas se encuentran en su mayoría en la franja de edad entre los 75 a 79 años, seguida de los 65 a los 69 años y de los 70 a los 74 años. En cuanto al género, casi 6 de cada 10 personas que contactan con el SEAM son mujeres, un dato que podemos relacionar tanto con el fenómeno de la feminización del envejecimiento como con el fenómeno de la feminización de los cuidados, ya que hay más presencia de mujeres mayores que de hombres, así como un mayor porcentaje de mujeres que se encargan de los cuidados de las personas mayores de su entorno que de hombres, de ahí que hasta el momento hayan contactado al SEAM más mujeres mayores y también más mujeres cuidadoras. El acceso al SEAM es totalmente gratuito y principalmente telefónico: 900 22 22 22, pero también se atienden consultas por medio del correo y del chat en su página web. Desde HelpAge International España ponemos a disposición de las administraciones el material informativo del SEAM (carteles, trípticos y folletos) para que consigamos acercar el servicio a las personas que pueda beneficiarles y que desde el servicio podamos facilitar, asimismo, el conocimiento de las iniciativas de los propios ayuntamientos en relación con las personas mayores. Ayúdanos a construir una sociedad para todas las edades.

asteazkena, 20 abendua 2023 10:37

Edadismo y Covid-19: estudio sobre actitudes y opiniones discriminatorias hacia la edad durante la pandemia
07 - 09 - 2021

Edadismo y COVID-19: estudio sobre actitudes y opiniones discriminatorias hacia la edad durante la pandemia

SARA MARSILLAS | MATIA INSTITUTO GERONTOLÓGICO Este artículo es un resumen del artículo “Emerging Evidence: Ageism and COVID-19, a study of social inequality through opinions and attitudes about older people in the coronavirus crisis in Spain” publicado el 14 de agosto de 2020 en LTC Responses to COVID-19. International Long Term Care Policy Network. Las personas mayores están siendo las más afectadas por la pandemia causada por la COVID-19. Desde el inicio, tanto en los medios de comunicación como en la sociedad en general, se ha considerado un problema de personas mayores, cayendo en un planteamiento edadista con notable facilidad. Este tipo de planteamientos y discursos aumentan el conflicto intergeneracional [1] al reforzar los estereotipos negativos sobre la edad y crear una confrontación entre generaciones, especialmente cuando las instituciones participan en esta narrativa y, por tanto, contribuyen al círculo vicioso del edadismo [2]. El edadismo se refiere a los estereotipos (cómo pensamos), los prejuicios (cómo nos sentimos) y la discriminación (cómo actuamos) hacia las personas en función de su edad [3]. En el caso de las personas mayores, se puede entender como «la compleja y a menudo negativa construcción de la vejez, que tiene lugar a nivel individual y social» [4] y esta imagen social de las personas mayores como vulnerables, incapaces o no aptos repercute en su rendimiento, su salud y su bienestar [5]. Durante la pandemia la evidencia de la discriminación por razón de edad se expresó abiertamente [6] y en su inicio, esta situación se presentaba como «el problema de las personas mayores», lo que promovió una clara división por edades [7]. Todo ello nos llevó a querer evidenciar la posible existencia de un trasfondo social edadista mediante la presencia de estereotipos y actitudes discriminatorias en el contexto de COVID -19. Hasta donde sabemos, este es el primer estudio de investigación cuantitativa sobre el edadismo durante esta pandemia en España. En este estudio conceptualizamos las actitudes discriminatorias como el acuerdo verbal con expresiones y acciones que implican algún tipo de trato diferencial y negativo en relación con la edad. Para recoger las respuestas, elaboramos un cuestionario ad hoc que se basó en una revisión de las escalas de estereotipos de las personas mayores y las actitudes de discriminación [8] [9]. Parte de los ítems de estereotipos generados se extrajeron de los instrumentos identificados en la revisión de escalas, mientras que otra sección fue elaborada en consenso con la finalidad de abordar nuevas actitudes discriminatorias relacionadas con comportamientos clínicos y sociales durante la crisis. La versión final del cuestionario está compuesta por 23 ítems, que se administró en formato online en la primavera de 2020 (primera ola de la COVID-19). Resultados En el estudio final se incluyeron 840 participantes (de los que un 67.5% eran mujeres) y su edad media fue de 48 años aproximadamente. Los participantes vivían en su mayoría con al menos una persona (88.1%), aunque el 12% de las personas vivían solas. La mayoría de la muestra era española (99%), con un 67% de participantes de las regiones del País Vasco y Madrid. Los resultados del estudio[1] mostraron un patrón predominante de estereotipos negativos y actitudes discriminatorias relacionadas con la edad en el contexto de la crisis del COVID-19. La figura 1 cuantifica en rojo el número de respuestas que muestran un posicionamiento estereotipado o discriminatorio de las personas participantes hacia las personas mayores. En ella se muestra que más del 50% de las personas de la muestra expresan que las personas mayores tienen más miedo a infectarse, manejan peor la información, generan más carga para el sistema sanitario, deberían recibir más recomendaciones, deberían tener más restricciones y tienen más miedo que otros grupos de edad. Los resultados no difieren entre hombres y mujeres pero sí lo hacen en función de la edad. En este sentido el grupo de menores de 35 años mostró un sesgo más pronunciado hacia las personas mayores basado en mayores estereotipos y actitudes discriminatorias. Las preguntas que tuvieron respuestas más neutras, y por tanto mostraban menos sesgos o actitudes discriminatorias son las relacionadas con los derechos humanos y las libertades básicas (por ejemplo, «¿Las personas mayores merecen más o menos derechos y libertades que otros miembros de nuestra sociedad?»). Sin embargo, las preguntas más específicas y contextualizadas sobre los mismos temas muestran actitudes más discriminatorias (es decir, «¿Deben las personas mayores tener más o menos restricciones de confinamiento que otros grupos de edad?»). Esta aparente incoherencia podría estar relacionada con la deseabilidad social, que podría tener menos peso en situaciones específicas. Conclusiones Nuestros datos confirman en gran medida el sesgo negativo de los participantes en relación con la edad, independientemente de su sexo, durante el tiempo de la COVID-19, señalando, como han hecho otros estudios, la necesidad de acciones que promuevan una imagen social del envejecimiento acorde con la diversidad que caracteriza a las personas mayores [10]. El enfoque mediático edadista [5, 11], los discursos paternalistas de los políticos y responsables políticos, las definiciones deficitarias que generalizan desde la enfermedad a la vejez expresadas por los profesionales de la salud corren el riesgo de ser aceptadas y arraigadas en el discurso social y justificar drásticas medidas discriminatorias hacia las personas mayores, teniendo efectos dramáticos en la vida de un gran número de personas. Todo ello puede tener graves consecuencias cuando se articulan políticas discriminatorias que afectan a derechos básicos, especialmente la autonomía, el acceso a los recursos y la dignidad. Todo lo anterior nos lleva a pensar en la oportunidad que supondría explorar nuevos enfoques de investigación para analizar el significado social de la edad: derechos y deberes; estereotipos; el valor de la vida en relación con el enfoque del ciclo vital que vayan más allá del enfoque tradicional y predominante, que se centra en las consecuencias deficitarias del proceso de envejecimiento [12]. Las repercusiones de la crisis del COVID-19 en las personas mayores han puesto de manifiesto una vez más la necesidad y la urgencia de este propósito y de la construcción de una imagen social del envejecimiento que se corresponda con su complejidad y diversidad. Emerging Evidence: Ageism and COVID-19, a study of social inequality through opinions and attitudes about older people in the coronavirus crisis in Spain Referencias Ayalon, L. (2020). There is nothing new under the sun: Ageism and intergenerational tension in the age of the COVID-19 outbreak. International Psychogeriatrics, 1–11. doi:10.1017/s1041610220000575 Previtali, F., Allen, L. D., & Varlamova, M. (2020). Not Only Virus Spread: The Diffusion of Ageism during the Outbreak of COVID-19. Journal of Aging & Social Policy, 32(4–5), 506–514. http://doi.org/10.1080/08959420.2020.1772002. World Health Organization (2021). Global report on ageism. Geneva: World Health Organization. Recuperado de: https://www.who.int/publications/i/item/9789240016866. Ayalon, L., & Tesch-Römer, C. (2018). Introduction to the Section: Ageism—Concept and Origins (pp. 1–10). Springer, Cham. http://doi.org/10.1007/978-3-319-73820-8_1. Hausdorff, J. M., Levy, B. R., & Wei, J. Y. (1999). The power of ageism on physical function of older persons: Reversibility of age‐related gait changes. Journal of the American Geriatrics Society, 47(11), 1346-1349. Bravo Segal, S. & Villar, F. (2020) La representación de los mayores en los medios durante la pandemia COVID-19: ¿hacia un refuerzo del edadismo? Zhou, F.et al. (2020). Clinical course and risk factors for mortality of adult inpatients with COVID-19 in Wuhan, China: a retrospective cohort study. The Lancet, 395, 1054–1062. doi: 10.1016/S0140-6736(20)30566-3. Ayalon, L., Dolberg, P., Mikulionienė, S., Perek-Białas, J., Rapolienė, G., Stypinska, J., … de la Fuente-Núñez, V. (2019). A systematic review of existing ageism scales. Ageing Research Reviews, 54, 100919. http://doi.org/10.1016/J.ARR.2019.100919. Mayoral, O., García-Soler, A., Delgado, M.L, Lizaso, I., García-González, A. J. (2016). Selección de ítems y validez de contenido en el desarrollo de una escala de evaluación de la imagen en personas mayores. Poster presented at 57 Conference of the Spanish Society of Geriatrics and Gerontology, San Sebastián, Spain. Levy, B. (2017). Age stereotype Paradox: Opportunity for Social Change. The Gerontologist, 57, 2, 118-126. Bravo-Segal, S. (2018) Edadismo en medios masivos de comunicación: una forma de maltrato discursivo hacia las personas mayores. Discurso & Sociedad, Vol. 12(1), 1-28 2. Ayalon, L., Chasteen, A., Diehl, M., Levy, B., Neupert, S. D., Rothermund, K., … & Wahl, H. W. (2020). Aging in Times of the COVID-19 Pandemic: Avoiding Ageism and Fostering Intergenerational Solidarity. The Journals of Gerontology Series B: Psychological Sciences and Social Sciences. [1] Para más detalle, leer; García-Soler, A., Castejón, P., Marsillas, S., Del Barrio, E., Thompson, L., Díaz-Veiga, P. Ageism and COVID-19: Study on social inequality through opinions and attitudes about older people in the coronavirus crisis (2020), disponible en LTCcovid.org, International Long-Term Care Policy Network, CPEC-LSE, 12 de Junio de 2020.

asteazkena, 09 abuztua 2023 10:14

Un mundo para todas las edades: únete a la campaña mundial contra el edadismo
08 - 04 - 2021

Un mundo para todas las edades: únete a la campaña mundial contra el edadismo

VÂNIA DE LA FUENTE-NÚÑEZ | CO-AUTORA DEL INFORME MUNDIAL SOBRE EL EDADISMO Y RESPONSABLE TÉCNICO. UNIDAD DE CAMBIO DEMOGRÁFICO Y ENVEJECIMIENTO SALUDABLE. ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD ¿Alguna vez has recibido un trato diferente a causa de tu edad? Es muy probable que tu respuesta sea afirmativa. La edad es usada con frecuencia como instrumento de categorización, condicionando nuestras interacciones personales, nuestras percepciones sobre nosotros mismos y las oportunidades o desventajas que disfrutamos o padecemos en términos de acceso a empleo, servicios de salud, plataformas políticas y una larga lista de etcéteras. Según el Informe mundial sobre el edadismo, publicado el 18 de marzo de 2021, la mitad de la población mundial es edadista contra las personas mayores y, en Europa, el edadismo es más frecuente hacia los jóvenes que hacia otros grupos de edad. El edadismo nos afecta a todos a lo largo de la vida. A partir de los cuatro años interiorizamos los estereotipos relativos a la edad existentes en nuestra cultura y éstos empiezan a guiar, de forma consciente o inconsciente, nuestros sentimientos y nuestra conducta hacia las personas de edades diferentes. Estos estereotipos también influyen en la forma en que nos comportamos y en lo que pensamos sobre nosotros mismos como miembros de un grupo etario determinado. El edadismo puede cohibirnos a adoptar ciertos roles estereotipados para edades diferentes a la nuestra. Por ejemplo, podemos ser reticentes a compartir nuestras ideas en una mesa de reunión cuando somos jóvenes porque hemos interiorizado la idea de que una persona joven no tiene nada que aportar. Por otro lado, podemos interiorizar la idea de que a partir de una edad no tenemos la capacidad para aprender, y no perseguir nuestros sueños de aprender a tocar un instrumento o incrementar nuestra formación durante la jubilación. El edadismo también está muy presente en las instituciones. Buscamos un empleo y se nos deniega porque se nos considera demasiado jóvenes o demasiado mayores; vamos al médico y no nos dan acceso a un tratamiento médico en base a nuestra edad, independientemente de nuestra capacidad intrínseca; vamos al banco y nos dicen que no se conceden préstamos a partir de una edad; intentamos iniciar un movimiento político y se nos niega la voz porque se considera inmadura para poder liderar. En muchos casos, ni siquiera nos percatamos de la existencia de edadismo en nuestras instituciones porque las normas, reglas y prácticas establecidas se han aplicado durante tanto tiempo sin ser cuestionadas, que no conseguimos ver la discriminación inherente a las mismas. Estas barreras sistemáticas limitan nuestro potencial y nuestro acceso a los recursos y tienen un impacto muy negativo en nuestra salud y bienestar. El edadismo está asociado a una mortalidad precoz, una peor salud física y mental, una menor calidad de vida y un mayor riesgo de aislamiento social y de soledad cuando somos mayores. Además, el edadismo tiene un alto coste económico para las personas y la sociedad. Según una estimación reciente, en los Estados Unidos de América, el edadismo genera anualmente costes adicionales por valor de US$ 63 millones para tratar una amplia gama de problemas de salud. En conjunto, representa uno de cada siete dólares gastados en las ocho enfermedades más prevalentes en los estadounidenses mayores de 60 años. La buena noticia es que podemos hacer algo para combatir el edadismo. Como indica el Informe mundial sobre el edadismo, tres estrategias son eficaces para reducirlo o eliminarlo. En primer lugar, podemos promover el desarrollo e implementación de medidas políticas y legislativas para hacer frente a la discriminación y la desigualdad por motivos de edad y proteger los derechos humanos de todos. Para asegurar su implementación efectiva, es importante que se establezcan mecanismos que permitan la aplicación y supervisión de dichas medidas a través de instituciones de defensa de los derechos humanos individuales y sociales y tribunales de justicia. En segundo lugar, podemos organizar actividades educativas que mejoren la empatía y ayuden a disipar conceptos erróneos sobre los diferentes grupos de edad. Las intervenciones educativas pueden ser múltiples e interdisciplinarias: manuales que transmiten información, conocimientos y habilidades, actividades de concienciación mediante juegos de rol, simulaciones y recursos de la realidad virtual, etc. Además, las actividades educativas se pueden incluir en todos los niveles educativos, desde primaria hasta la universidad y también en programas de formación continuada, tanto a nivel formal como no formal. Por último, podemos fomentar y participar en actividades intergeneracionales que reúnan a jóvenes y mayores, ya que éstas ayudan a reducir los prejuicios y estereotipos intergrupales. Para asegurar el éxito de dichas actividades es importante asegurar que ambos grupos tengan el mismo estatus y trabajen juntos hacia objetivos comunes (por ejemplo, pintar un cuadro, compartir historias). Es hora de decir no al edadismo. Es hora de crear juntos un mundo para todas las edades. Para ello debemos invertir en las tres estrategias que previenen y combaten el edadismo ya que están basadas en pruebas científicas. Debemos mejorar también la investigación en este campo para comprender mejor el edadismo, su impacto en los jóvenes y en las personas mayores y la manera de reducirlo. Es necesario recopilar datos en todos los países, utilizando escalas de medición del edadismo válidas y fiables. Y debemos unirnos al movimiento para cambiar el discurso sobre la edad y el envejecimiento. Todos podemos contribuir a eliminar el edadismo. Al unirnos en una amplia coalición podemos generar conversaciones para sensibilizar a la población y cambiar el discurso negativo actual. El 18 de marzo de 2021 se lanzó el primer Informe mundial sobre el edadismo, definiendo un camino a seguir para construir juntos un mundo para todas las edades. Dicho informe fue elaborado por la Organización Mundial de la Salud en colaboración con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas y el Fondo de Población de las Naciones Unidas. El informe señala el papel que pueden desempeñar los gobiernos, los organismos de las Naciones Unidas, las organizaciones de desarrollo, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, y las instituciones académicas y de investigación en la lucha contra el edadismo. No podemos olvidar que cada uno de nosotros puede ser parte activa del cambio. Además del Informe mundial sobre el edadismo, se ha elaborado un kit de herramientas para ayudar a organizar eventos, generar conversaciones sobre el edadismo en nuestros hogares, trabajos y escuelas, y para difundir el mensaje más allá de nuestro contexto inmediato aprovechando el alcance de las redes sociales. Tanto el informe como el kit de herramientas forman parte integral de la Campaña mundial contra el edadismo. Informe mundial sobre el edadismo en español Informe completo Kit de herramientas Otros recursos de la Campaña mundial contra el edadismo

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