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luns, 21 novembro 2022 10:45

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Cartel sobre la prevención de caídas de la OMS.
16 - 09 - 2024

La prevención de caídas, un reto para las ciudades y comunidades amigables con las personas mayores

Categorías: Artículos

Thiago Herick de Sá, Entornos Amigables con las Personas Mayores. Departamento Determinantes Sociales de la Salud. OMS Maite Pozo. Coordinadora de la red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores en España. Imserso La Organización Mundial de la Salud (OMS) es consciente de que las caídas son un riesgo grave para la salud y el bienestar de las personas mayores, y pone el foco en la prevención de caídas para favorecer un envejecimiento saludable y satisfactorio. Existen estrategias basadas en evidencias que pueden ayudar a prevenirlas y hacer que los entornos en los que vivimos sean más seguros para todas las personas. Las mejoras en el diseño de las ciudades, los barrios, los pueblos en los que vivimos para hacerlos más amigables con las personas mayores, pueden contribuir a esa prevención. La OMS señala que en 2019, casi 500.000 personas de 60 años y más murieron en el mundo a causa de una caída. El mayor número de muertes relacionadas con caídas (195 381, 41%) se produjo en la Región de la OMS de Asia Sudoriental. En la región de Europa se registraron algo más de 53.000 muertes de personas mayores relacionadas con caídas. El porcentaje de mujeres mayores que mueren a causa de caídas es algo mayor. En el mundo, el 75% de las caídas en personas de 70 años o más con resultado de muerte se producen en países de bajos y medios ingresos, aunque solo el 65% de la población mayor (70 años o más) vive en países de bajos y medios ingresos. Número de muertes relacionadas con caídas en personas mayores de 60 años y más, por región de la OMS, 2019 No solo son las muertes que provocan, las caídas tienen consecuencias funcionales, psicológicas y sociales que empeoran notablemente la calidad de vida de las personas mayores (lesiones, deterioro funcional, miedo a caerse, disminución de la actividad, de las relaciones sociales…) y suponen un problema de salud pública importante. Datos sobre caídas en personas mayores en España Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2023 se produjeron 4.018 caídas mortales en España (un 6,1% más que el año anterior), convirtiéndose en la principal causa de muerte externa. Se estima que más del 80% de las caídas mortales ocurren en personas mayores de 65 años, y con más frecuencia en mujeres con más caídas en el hogar. Las caídas y las consiguientes lesiones que a menudo requieren atención médica son un importante problema de salud pública. Las principales causas subyacentes de los ingresos hospitalarios relacionados con caídas son la fractura de cadera, las lesiones cerebrales traumáticas y las lesiones de las extremidades superiores. Además, el miedo a caerse también puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de las personas mayores. Las caídas son difíciles de atribuir a un solo factor de riesgo Los factores de riesgo de caídas interactúan dinámicamente y algunos factores de riesgo pueden cambiar. Una variedad de factores de riesgo demográficos, físicos, psicológicos, médicos, socioeconómicos, ambientales, conductuales y otros afectan el riesgo de caídas, aunque la edad avanzada y los antecedentes de caídas pasadas son quizás los predictores clave más importantes de caídas futuras en las personas mayores. El riesgo de una caída es mayor entre las personas mayores con poca movilidad, mal equilibrio, aquellas con discapacidad visual, cognitiva y aquellas que viven con la enfermedad de Parkinson, artritis y/o depresión. Modelo de factores de riesgo de caídas en personas mayores Factores de riesgo ambientales: Mal diseño del edificio. Aceras agrietadas o desniveladas. Suelos y escaleras resbaladizos. Iluminación insuficiente. Alfombras sueltas. Factores de riesgo conductuales: Uso de multiples medicamentos (polimedicación). Calzado inadecuado. Consumo excesivo de alcohol. Falta de ejercicio. Factores de riesgo socioeconómicos: Vivienda inadecuada. Falta de interacciones sociales. Falta de recursos comunitarios. Bajos niveles de ingresos y de formación. Accesos limitados a servicios sociales y de salud. Factores de riesgo biológicos: Edad, sexo y raza. Enfermedades crónicas (por ejemplo, enfermedad de Parkinson, artrítis, osteoporosis). Deterioro de las capacidades físicas, cognitivas y afectivas. La prevención y el manejo de caídas deben adoptar un enfoque sistémico, que se esfuerce por potenciar personas más seguras, entornos más seguros y políticas y legislación más seguras, y utilice intervenciones de prevención específicas para abordar los factores de riesgo. La gran mayoría de las personas mayores quieren vivir en sus propios hogares. Las caídas son la causa de necesidad de ingreso en un centro de cuidados de larga duración que más se pueden prevenir, por lo que se deben priorizar las intervenciones comunitarias y en el entorno para prevenir y disminuir el riesgo de caídas en la población mayor. Existen numerosas investigaciones que examinan diversas intervenciones para prevenir caídas entre las personas mayores que viven de forma independiente en la comunidad, aunque gran parte de estas investigaciones se han realizado en países de altos ingresos, lo que introduce sesgos que hay que tener en cuenta. Se trata de diversidad de intervenciones, desde programas de ejercicio en el hogar a intervenciones de seguridad en el hogar, que pueden reducir sustancialmente el número de caídas. Resumen de intervenciones clave para prevenir caídas entre las personas mayores que residen en la comunidad Muy recomendadas **** Marcha, equilibrio y entrenamiento funcional. Tai Chi Evaluación y modificaciones de viviendas, particularmente para grupos de alto riesgo, incluida la reducción de riesgos de tropiezos y la mejora de la iluminación. Recomendadas *** Reducción o retirada de psicofármacos Prometedoras ** Suplementos de vitamina D para personas con deficiencia de vitamina D. Inserción de marcapasos cardíaco en personas con hipersensibilidad carotídea. Cirugía de cataratas en personas con cataratas. Prudentes * Educación sobre caídas y factores específicos como calzado, gafas, situaciones y conductas de alto riesgo. Exigir a los propietarios que realicen las modificaciones necesarias en las viviendas y hacer cumplir las normas de construcción. Mejora de la accesibilidad en barrios y espacios públicos, por ejemplo: aceras, espacio público, edificios, parques y jardines. Alarmas personales portátiles, sensores de caídas, teléfonos móviles con botones de emergencia SOS. Sistemas organizados de “control” de las personas que viven solas. Disuadir del uso de escaleras, sillas, etc. para acceder a alturas. Calzado adecuado. El efecto de una caída en una persona mayor puede ser un acontecimiento devastador, que provoca dolor crónico, pérdida de independencia y una calidad de vida disminuida. Además, el efecto acumulativo de las caídas y las lesiones resultantes entre las personas mayores en la mayoría de los países tiene el potencial de alcanzar proporciones epidémicas que consumirían una cantidad desproporcionada de recursos sanitarios y sociales. Se necesitan políticas públicas saludables y estrategias de prevención comprobadas para proporcionar la infraestructura y el apoyo esenciales para la integración de la evidencia de prevención de caídas en la práctica. La naturaleza compleja y multifactorial del riesgo de caídas entre una población que envejece y crece rápidamente exige un enfoque proactivo y sistemático para la prevención que integre políticas, medidas preventivas y prácticas. La política debe proporcionar la infraestructura y el apoyo esenciales para un enfoque integral e integrado de la prevención de caídas. Se necesita evidencia de prevención para respaldar la aplicación efectiva de intervenciones probadas. La práctica es cuando la evidencia se aplica de acuerdo con los estándares y protocolos establecidos por la política. La Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores cuenta con más de 1600 ciudades y comunidades de 53 países que se han comprometido a mejorar su amigabilidad con las personas mayores, mejorando sus entornos físicos y sociales para adecuarlos a las necesidades y demandas expresadas por la población de mayor edad. Se trata de una importante fuente de iniciativas y creación de conocimiento con un gran potencial de transformación y cambios positivos reales para las personas mayores. Este potencial con frecuencia no se aprovecha lo suficiente debido a la brecha existente entre iniciativas innovadoras, la creación de conocimiento y posterior difusión y utilización en otros lugares. Por este motivo, la OMS ha lanzado una nueva iniciativa en el marco de la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores: los Hub o centros de conocimiento y acción sobre entornos amigables con las personas mayores. En este momento se han lanzado dos de los cuatro Hub previstos, el Hub sobre prevención de caídas y el Hub sobre planificación urbana y territorial. En el Hub sobre prevención de caídas se analizarán los desafíos en la implementación de programas de prevención de caídas en entornos de bajos recursos, así como facilitadores y barreras para la implementación de intervenciones de prevención de caídas en la comunidad con el objetivo de recopilar y difundir iniciativas y conocimiento que faciliten su aplicación práctica en otros lugares para avanzar en la prevención de caídas. Para más información, se puede consultar el paquete técnico Step Safely (Caminar con seguridad: estrategias para prevenir y gestionar las caídas a lo largo de la vida) de la Organización Mundial de la Salud. Las personas que tengan interés en formar parte del Hub para la prevención de caídas pueden escribir al correo electrónico: gnafcc@who.int y lukaszykc@who.int. Referencias: Organización Mundial de la Salud. Step Safely: Strategies for preventing and managing falls across the life-course (2021). Organización Mundial de la Salud. WHO global report on falls prevention in older age (2008). Organización Mundial de la Salud. Global Health Estimates. Leading causes of death (2024). Instituto Nacional de Estadística (INE España). Estadística de Defunciones según la Causa de Muerte (2023). Conoce «Age-Friendly World». La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores en España. Unirse a la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores.

xoves, 19 setembro 2024 09:47

Cabecera del artículo Día Mundial del Medioambiente. Un envejecimiento saludable en un planeta saludable.
06 - 06 - 2022

Día Mundial del Medioambiente. Un envejecimiento saludable en un planeta saludable

Maite Pozo. Coordinadora «Red de ciudades y comunidades amigables con personas mayores» en España. IMSERSO. Dos grandes retos: cambio demográfico y cambio climático. La humanidad tiene dos grandes retos que abordar de manera urgente, el cambio climático, y elcambio demográfico debido al envejecimiento de la población, ambos retos tienen conexión e interrelaciones. La Década del Envejecimiento Saludable impulsada por Naciones Unidas y liderada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), promueve el envejecimiento saludable como herramienta, entre otras, para abordar el reto de poblaciones cada vez más envejecidas. Y no hay envejecimiento saludable sin un planeta saludable. El envejecimiento saludable no es posible sin entornos y ciudades saludables en un planeta saludable. “Una Sola Tierra” es la campaña del Día Mundial del Medio Ambiente 2022 lanzada por Naciones Unidas que pretende concienciar para proteger, cuidar y recuperar el planeta en el que vivimos. “Una Sola Tierra” fue el primer lema utilizado hace 50 años para celebrar este día y promover “una vida sostenible en armonía con la naturaleza”, pero el tiempo se acaba y la naturaleza se encuentra en situación de emergencia. La calidad de vida y la salud de las personas tienen mucho que ver con el entorno que nos rodea. El cambio climático está afectando a la vida y la salud de los seres humanos de diversas formas: la calidad del aire que respiramos, del agua que bebemos, episodios climáticos extremos (tormentas, olas de calor…), pérdida de biodiversidad que provoca nuevas enfermedades, etc… “La OMS calcula que, cada año, se producen más de 13 millones de fallecimientos debidos a causas ambientales evitables, especialmente, a la crisis climática, que es la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad. La crisis climática es también una crisis de la salud.” La contaminación merece una atención especial, ya que además de acelerar el cambio climático, incide muy negativamente en nuestra salud. La OMS estima que la contaminación del aire provoca 4,2 millones de muertes al año en todo el mundo. El excesivo uso del coche en ciudades con alta densidad de población empeora notablemente la calidad del aire que respiramos, que es el principal riesgo para la salud en la Unión Europea, afectando principalmente a niños y niñas y a las personas mayores, empeorando su calidad de vida. En definitiva, el cambio climático y el envejecimiento de la población se están dando a la vez y es necesario comprender y abordar sus efectos en las generaciones actuales y futuras de personas mayores. Personas mayores y medioambiente Las personas mayores, por lo general, contaminan menos porque consumen menos y utilizan menos el vehículo privado. La mayoría se ha educado en una cultura de menor consumo de usar y tirar, y mantienen comportamientos más respetuosos con el medioambiente y acordes con las prácticas de reciclaje de residuos y reutilización de recursos. Según el informe en el Barómetro Mayores UDP “Personas Mayores: Reciclaje y medioambiente” (octubre, 2019), ocho de cada diez personas mayores consideran que cada persona es responsable del deterioro del medioambiente. La mitad de las personas mayores considera que cada persona debería seleccionar y reciclar basuras (48,8%) para mejorar el medio ambiente. El 35,5% aboga por reducir el uso de plástico, el 23,7% por generar menos basuras y el 22,9% por usar más transporte público o vehículos no contaminantes. Los datos publicados en este informe reflejan diferencias significativas a la hora de separar las diferentes basuras en función del sexo o la edad. De esa manera, son las mujeres de 65 o más años las que más papel y cartón reciclan (el 94,3%), frente a los hombres de su misma edad (el 86,0%). Las personas que tienen de 65 a 74 años separan más los residuos que las que tienen más edad. La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores se suma a la celebración del Día Mundial del Medioambiente y anima a los ayuntamientos a trabajar por un envejecimiento saludable en un planeta saludable. Así como a aprovechar la experiencia de las personas mayores en actividades de concienciación medioambiental, escuchando y visibilizando su contribución. ¿Qué podemos hacer para fomentar el envejecimiento saludable en un planeta saludable? Ambos retos necesitan de la actuación conjunta de diversidad de actores (administraciones públicas, organizaciones sociales, empresariales y sindicales, sociedad civil, sector académico y de investigación…). Y también la implicación de cada persona en particular y de distintas generaciones.   La OMS destaca en su informe “La Década de Envejecimiento Saludable 2021-2030 en un mundo de cambio climático”, cómo la salud y el bienestar de las personas mayores se ven afectados por el cambio climático y cómo el cambio climático es relevante en las cuatro áreas de acción prioritarias del plan de la Década. En concreto la segunda hace referencia a “Asegurar que las comunidades fomenten las capacidades de las personas mayores creando entornos amigables con el envejecimiento”. La OMS considera que es fundamental ayudar a las ciudades y comunidades de todo el mundo a adaptarse a las necesidades y demandas de las personas mayores. Este informe identifica oportunidades clave para unir las agendas de envejecimiento saludable y cambio climático. Presenta ejemplos y recomendaciones específicas para fomentar entornos que faciliten un envejecimiento saludable, y también contribuyan a “adaptarse, mitigar y desarrollar resiliencia para la crisis climática”. Algunas propuestas para las ciudades y comunidades amigables son: Ampliar y mejorar los espacios verdes, calles arboladas, jardines urbanos, que contribuyen a la salud general de la población y al bienestar al reducir la contaminación del aire y ofrecer espacios de ocio para actividad física y contacto social. Diversos estudios asocian la disponibilidad de espacios verdes de buena calidad y el contacto con la naturaleza con mejoras en la salud. Impulsar edificios energéticamente eficientes, y adoptar fuentes de energía renovables para las actividades municipales. Promover y facilitar que las viviendas estén bien aisladas y sean eficientes energéticamente, y que sean accesibles en un entorno también accesible (barrio). Priorizar el uso del transporte público y eficiente con cero emisiones reduce el uso de combustible, reduce la contaminación y mejora la movilidad de las personas mayores en su ciudad. Promover la construcción de nuevos carriles para bicicletas y vías peatonales, regulando la convivencia entre peatones, bicicletas y peatones. Sensibilizar sobre estilos de vida saludables y respetuosos con el medioambiente. Promover una mayor investigación basada en la evidencia para una mejor comprensión de los factores geográficos y socioeconómicos que afectan la interacción entre las personas mayores y el cambio ambiental. Las personas mayores han sido desatendidas en los estudios sobre el cambio climático y muchos de sus impactos en la salud de grupos de población de mayor edad están subestimados ya que se basan en estudios obsoletos. “Las ciudades y comunidades amigables con las personas mayores deben tener planes integrales e inclusivos para la preparación, mitigación y adaptación al cambio climático. Esto requerirá colaboración más allá de los sectores de medio ambiente y salud, e incluir infraestructuras, empleo, educación, protección social, vivienda, energía y transporte, especialmente en ciudades con alto índice de envejecimiento demográfico”. Fuentes: Naciones Unidas. Día Mundial del Medio Ambiente 2022 La Década de Envejecimiento Saludable 2021-2030 en un mundo de cambio climático Barómetro Mayores UDP “Personas Mayores: Reciclaje y medioambiente”

martes, 08 novembro 2022 10:12

Cabecera del III Encuentro de Ayuntamientos de la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores
06 - 06 - 2022

Celebrado el III Encuentro de Ayuntamientos de la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores

INSTITUTO DE MAYORES Y SERVICIOS SOCIALES (IMSERSO) El Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso) organizó el 24 de mayo de 2022, el III Encuentro de Ayuntamientos de la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores. Al Encuentro asistieron 110 personas y 39 ayuntamientos de 13 Comunidades Autónomas. Entre las personas asistentes se encontraban responsables políticos de ayuntamientos, personal técnico municipal y personas mayores que participan en procesos de amigabilidad en sus municipios. Luis Barriga Martín, Director General del Imserso, inauguró el Encuentro y contó con Javier de Frutos González, Subdirector General de Derechos Sociales de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en la inauguración. En 2011 el Imserso firmaba su primer protocolo de colaboración con la OMS por el que se unía a la Red Mundial de Ciudades Amigables como organismo afiliado y por tanto asumía el compromiso de promover el trabajo de la Red en España y avanzar en el conocimiento y actuaciones sobre entornos amigables con las personas mayores. A final de 2012, ocho municipios formaban parte de la Red en España. En abril de 2022, el director general del Imserso firmaba la renovación de este protocolo de colaboración, y actualmente son 228 los ayuntamientos adheridos a la Red en nuestro país, estando todas las Comunidades Autónomas representadas y también Ceuta como ciudad Autónoma. Desde el Imserso observamos de forma clara un interés creciente en la actividad de la Red, que se corresponde también con el notable aumento de municipios que han solicitado la adhesión a la misma en nuestro país. Es particularmente interesante la diversidad de los municipios que conforman la Red española, habiendo amplia representación tanto del ámbito rural como urbano. Aproximadamente el 42% de los municipios son rurales, y el 58% son municipio del entorno urbano. Hay igualmente, una valiosa diversidad poblacional reflejada en la participación de ayuntamientos desde 31 habitantes de Isuerre (Zaragoza) hasta los 3.266.000 de Madrid. Con el lema “Somos más eficaces en red”, la tercera edición de este Encuentro puso el foco de atención en los resultados obtenidos por iniciativas locales, que ofrecen mejoras constatables en la construcción de entornos más amigables e inclusivos con las personas mayores. Los principales objetivos del Encuentro han sido: Fortalecer la Red, favoreciendo el contacto y apoyo mutuo entre los ayuntamientos para avanzar en políticas locales que mejoren la vida de las personas mayores. Apoyar la toma de decisiones basada en la evidencia presentando experiencias que ya han mostrado su eficacia, con el fin de facilitar su posible adaptación e implantación en otros municipios. Tanto desde el Imserso como desde la FEMP se puso en valor el trabajo desarrollado en el ámbito municipal para la mejora de los entornos físicos y sociales y la calidad de vida de la población de mayor edad y, también, los procesos de participación ciudadana que promueve la Red de Ciudades y Comunidades Amigables en los que las personas mayores son las protagonistas. Los ayuntamientos son la administración más cercana a la ciudadanía y tienen una gran capacidad de influir en el día a día de sus habitantes y, también, de innovar y de generar procesos de participación en la elaboración de las políticas municipales. La directora del Ceapat, Tatiana Alemán, destacó la accesibilidad universal desde una perspectiva de acceso a los derechos: “La accesibilidad es un derecho llave que abre la puerta a otros derechos”. El concepto de amigabilidad, incluye la accesibilidad universal, para la creación de entornos amigables e inclusivos con todas las personas. En la mesa inaugural también se destacó la importancia del trabajo en red, como espacio donde compartir experiencias y conocimientos, aprendiendo tanto de los éxitos como de los errores, para contribuir a la mejora de los entornos. Avanzar en el diseño de políticas públicas basadas en la evidencia requiere profundizar en la evaluación de los resultados de las iniciativas y medidas puestas en marcha y obtener aprendizajes. La ponencia marco sobre “La importancia de la evidencia para diseñar mejores políticas sociales” impartida por Sara Ulla, Coordinadora de Estudios y Apoyo Técnico del Imserso, puso de manifiesto el valor de la evaluación en el proceso de diseño de las políticas públicas. A lo largo de su intervención expuso las razones por las que es oportuno evaluar las intervenciones públicas. Explicó que la falta de generalización de una cultura y práctica de evaluación lleva a que con frecuencia se planifique e intervenga para abordar un determinado problema social pero no se realice posteriormente una adecuada evaluación. Esta nos permitiría conocer qué resultados se han obtenido con la intervención puesta en marcha y la calidad de la gestión de los medios y recursos que empleados. La evaluación es útil para conocer el cumplimiento de los objetivos conseguidos, rendir cuentas de la gestión de fondos públicos; conocer los resultados y aprender de la experiencia. En su intervención también planteó algunos de los retos que tiene la evaluación en nuestro país como la falta de perfiles especializados o las limitaciones en los sistemas de seguimiento. Por último, adelantó la voluntad del Imserso de desarrollar junto con los miembros de la red acciones que contribuyan al avance de las políticas locales basadas en la evidencia. Por su parte, Thiago Hérick de Sá, coordinador de la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores en el Departamento de Determinantes Sociales de la Salud (OMS), partió en su intervención de dos premisas. La primera que vivir más tiempo no implica necesariamente que éste sea más saludable; y la segunda, que no sólo se trata de cuidar las áreas urbanas, sino que hay que poner énfasis en las zonas rurales para que éstas no se queden atrás. Hérick situó la Red en el marco de la estrategia de la OMS para la Década del Envejecimiento Saludable, en consonancia con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible y destacó el papel y buen trabajo de la Red en España. Apeló a la mejora de la calidad de vida de las personas mayores en este momento, pero también de las generaciones futuras. Desde el reconocimiento a la innovación y los resultados obtenidos, en las mesas de experiencias previstas en el Programa se abordaron los siguientes temas: La participación de las personas mayores en los procesos de amigabilidad. A partir de las experiencias de los municipios Abadiño, Bilbao y Barcelona se destacó la importancia y la capacidad de las personas mayores para participar en las políticas y decisiones que les atañen. La creación de un grupo o equipo motor de personas mayores en los municipios amigables, ha facilitado su movilización y participación en los procesos de amigabilidad, tanto en el diagnóstico del municipio, como en la propuesta, diseño y puesta en marcha de actuaciones. Reivindican el reconocimiento a sus trayectorias vitales, a su experiencia, y demandan su participación institucional y en la toma de las decisiones que les afectan. Cristina Rodríguez-Porrero (Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados-UDP) en la introducción de la mesa destacó, a partir de las letras de la palabra “L.I.D.E.R.” que las personas mayores tienen que Liderar el cambio en las políticas para mejorar la vida de las personas a medida que envejecen, Inspirar para tomar conciencia de lo que pueden hacer, Demostrar que sí se puede, Encuentro, para explorar y avanzar juntos. Y, por último, trabajar en Red, en referencia al lema del Encuentro, para lograr una Red activa y global, a la vez que local y concreta, una red inspiradora y conseguidora de cambios. Soledad no deseada y aislamiento social: intervenciones desde la comunidad. Las experiencias de Taramundi, Salamanca y Madrid, pusieron de manifiesto que las situaciones de soledad no deseada y el aislamiento social se dan tanto en el ámbito rural como en el urbano, independientemente del número de habitantes de un municipio. Y son situaciones que agravan la vulnerabilidad de las personas. Las actuaciones de detección, prevención e intervención pasan necesariamente por la comunidad, el entorno social comunitario, juega un papel fundamental. La colaboración de diversos actores y del trabajo en red, es un elemento fundamental, cooperación entre administraciones públicas, sociedad civil y entidades privadas. Asimismo, se puso de manifiesto la necesidad de una perspectiva socio-sanitaria para abordar la soledad no deseada y el aislamiento social. Raúl Vaca (Sociedad Española de Geriatría y Gerontología-SEGG), en la introducción de la mesa, señaló causas y efectos de vivir en soledad no deseada y sus consecuencias. Señaló intervenciones que funcionan para paliarla, destacando la importancia de las redes sociales y las oportunidades de participación. Asimismo, al hablar de los efectos del aislamiento social en la salud de las personas, manifestó la necesidad de contar con estudios que permitan conocer la posible relación bidireccional, la soledad no deseada afecta negativamente a la salud, o la ausencia de salud genera aislamiento social. Redes comunitarias para un envejecimiento inclusivo. La importancia de desarrollar el tejido social comunitario en la creación de entornos amigables con las personas mayores, fue el hilo conductor de las experiencias de Tineo, Vitoria y Pamplona. El envejecimiento saludable necesita también de un entorno comunitario y de ayuda mutua. Se destacó la necesidad de crear enlaces entre las personas en situación de vulnerabilidad y los recursos disponibles. Las redes comunitarias son una herramienta para llegar a esas personas en situación de vulnerabilidad que con frecuencia no acceden a estos recursos. En las experiencias presentadas se constató que las redes comunitarias pueden potenciarse desde distintos ámbitos, desde la sociedad civil, la administración pública, desde servicios sociales o desde servicios de salud. Es importante que estas iniciativas formen parte de un programa y cuenten con financiación para desarrollarse y consolidarse. Javier del Monte (Asociación Jubilares), destacó en la introducción que todas las personas somos potencialmente vulnerables y vivimos relaciones de interdependencia. La vulnerabilidad se afronta de manera muy diferente con apoyo o sin apoyo, “Contar con una red social requiere un nivel del implicación personal, pero tener una red de apoyo social, requiere algo más de esfuerzo para cultivarla. El apoyo social implica sentimientos de vinculación, y también de compromiso”. Personas mayores y tecnología: herramientas digitales y de comunicación. Por último, esta mesa se abordó a partir de las experiencias de Fuenlabrada, Cartagena y Zaragoza, que presentaron actuaciones desde distintas perspectivas en la relación de las personas mayores y las tecnologías: el apoyo y formación para el uso cotidiano por parte de personas mayores, la utilización en actividades de encuentro y comunicación, o el apoyo y acercamiento de la administración electrónica a las asociaciones de mayores. En los distintos tipos de actividades en este ámbito, es imprescindible contar con la opinión y participación de las personas mayores, conocer sus intereses y necesidades respecto al uso de las tecnologías digitales. Lucía Pérez-Castilla (Ceapat-Imserso), destacó la necesidad de tener en cuenta la diversidad que existe entre las personas mayores, que incluye muchas variables, desde el conocimiento y experiencia en relación a la tecnología, a las diversas capacidades. Estas variables inciden en el uso de las tecnologías y es necesario tener en cuente la accesibilidad y usabilidad de las herramientas digitales. Destacó la aprobación el 31 de marzo de la Ley 6/2022 que por primera vez incorpora y regula el requisito de la accesibilidad cognitiva en múltiples ámbitos, entre ellos las tecnologías de la información y la comunicación. La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores tiene un gran potencial para fomentar el aprendizaje y generar conocimiento, que debemos, no sólo explorar, sino potenciar. La Red promueve la construcción de entornos amigables e inclusivos, que potencian la participación de las personas mayores, en los que las redes comunitarias funcionan y que promueven el apoyo mutuo y la solidaridad, son elementos clave sobre los que diseñar políticas y acciones para la promoción de la autonomía personal y al cambio de modelo de cuidados que facilite la desinstitucionalización. Asimismo, un tejido social comunitario sólido facilitará medidas de prevención, detección e intervención para abordar situaciones de soledad o necesidades de cuidado. Como destacó Thiago Hérick de Sá (OMS), es fundamental para avanzar hacia ciudades y comunidades amigables con las personas mayores: compartir conocimiento, conectar intereses comunes, garantizar la evaluación de las iniciativas y difundir y visibilizar el trabajo realizado para inspirar a otros. Fuentes: Enlace al streaming Sitio Web III Encuentro Revista Autonomía Personal Revista Autonomía Personal

xoves, 24 novembro 2022 11:28

Intervenciones ambientales y psicosociales en comunidades amigables con personas mayores y envejecimiento activo
01 - 07 - 2021

Intervenciones ambientales y psicosociales en comunidades amigables con personas mayores y envejecimiento activo

DIEGO SÁNCHEZ-GONZÁLEZ | DEPARTAMENTO DE GEOGRAFÍA (UNED) FERMINA ROJO-PÉREZ, VICENTE RODRÍGUEZ-RODRÍGUEZ, GLORIA FERNÁNDEZ-MAYORALAS | CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS (CSIC), GRUPO DE INVESTIGACIÓN SOBRE ENVEJECIMIENTO (gie-CSIC) Resumen del artículo publicado AQUÍ La mejora de las condiciones de vida de las personas mayores está entre las prioridades y programas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el International Plan of Action on Ageing, adoptado en Viena en 1982 (UN, 1982), hasta el más reciente informe resultante de los debates realizados en varios talleres y seminarios virtuales durante 2019-2020: the Decade of Healthy Ageing: Baseline report (WHO, 2020), que prepara el escenario para la década del envejecimiento saludable 2021-2030. El envejecimiento saludable es un proceso dinámico y sus tres componentes, según se señala en el informe anterior, son: i) la capacidad funcional de las personas para satisfacer necesidades básicas, fortalecer la autonomía personal y tomar decisiones, participar en actividades diarias, crear y mantener relaciones y contribuir a la sociedad; ii) las capacidades intrínsecas del individuo (físicas y mentales); y iii) los entornos (físicos, sociales y de políticas públicas) (WHO, 2020, p. 10-13) y las interacciones entre ellos, con el fin de su mejora y adaptación a las personas mayores. En relación con el envejecimiento y el entorno medioambiental, Kalache y Plouffe (WHO, 2007a) desarrollaron el proyecto global Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores, incardinado en el modelo de Envejecimiento Activo (WHO, 2002; Fernández-Mayoralas et al., 2018; Pérez Díaz y Abellán García, 2021; Rojo-Pérez et al., 2021a; Rojo-Pérez et al., 2021b). Una ciudad amigable con las personas mayores se puede entender, en síntesis, como un “entorno urbano inclusivo y accesible que promueve el envejecimiento activo” (Buffel et al., 2016) a través de ocho dominios: espacios al aire libre y edificios; alojamiento; transporte; participación social; respeto e inclusión social; participación ciudadana y empleo; comunicación e información; y apoyo comunitario y servicios de salud (WHO, 2007a). Bajo el modelo ecológico, Menec (2017) señaló que las ciudades amigables crean conexiones bidireccionales entre las personas mayores y sus entornos destacando el rol de los diferentes niveles (individual, organizacional y comunitario). El constructo “ciudades amigables con las personas mayores” se ha expandido para incluir también comunidades, estados, empresas, universidades, sistemas de cuidados de salud y sistemas de salud pública, en una especie de sinergia entre las iniciativas de comunidades amigables bajo el paraguas del ecosistema de amigabilidad global (Fulmer et al., 2020). Múltiples sectores (personas mayores y sus familias y cuidadores, diseñadores de políticas, partes interesadas, proveedores de servicios) desempeñan un rol participativo importante en la implementación y evaluación de la amigabilidad de un barrio o un entorno de residencia y en los requisitos para la acción comunitaria (WHO, 2007b). Así, bajo el marco de comunidades amigables y desde diversas disciplinas, se ha publicado un amplio cuerpo de literatura científica y otros informes y también literatura gris, siendo los últimos 10 años el período más prolífico, especialmente realizado en los países desarrollados. En esta línea, este post sintetiza un artículo científico (Sánchez-González, Rojo-Pérez, Rodríguez-Rodríguez, Fernández-Mayoralas, 2020) recientemente publicado en acceso libre, cuya referencia bibliográfica completa aparece en la cabecera de este post. Forma parte de un número monográfico sobre Active/Healthy Ageing and Quality of Life, del que son editoras la Dra. Maria João Forjaz y la Dra. Carmen Rodríguez-Blázquez (Centro Nacional de Epidemiología; Instituto de Salud Carlos III, CNE-ISCIII). El artículo tiene como objetivo identificar las intervenciones relacionadas con la evidencia empírica en el modelo comunidades amigables para promover el envejecimiento activo y saludable. Ninguna de las revisiones de literatura científica manejadas (Dellamora et al., 2015; Hwang, 2017; Luciano et al., 2020; Lui et al., 2009; Menec & Brown, 2018 first online; Neville et al., 2016; Neville et al., 2018; Rogelj & Bogataj, 2019; Ronzi et al., 2018; Rudnicka et al., 2020; Steels, 2015; Syed et al., 2017; Torku et al., 2019 first online; Williams-Roberts et al., 2016) cubría el objetivo de nuestro trabajo, la intervención o el diseño experimental de entornos amigables con las personas mayores. No existe consenso para definir qué se entiende por ‘intervención’, pero una intervención, en general, se diseña, ejecuta y evalúa con el propósito de mitigar o prevenir situaciones de riesgo mediante la implementación de acciones destinadas a resolver problemas específicos en diferentes niveles (individuos, grupos y comunidades). Para llevar a cabo nuestra investigación, se realizaron búsquedas bibliográficas en bases de datos electrónicas seleccionadas (Web of Science y Scopus), siguiendo una revisión sistemática basada en las directrices Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyzes (PRISMA) (Moher et al., 2009), para obtener documentos científicos publicados entre las fechas 2007 y mediados de 2020. Bajo estas directrices se hizo la selección de estudios, la evaluación de su calidad y los criterios de elegibilidad. También la declaración PRISMA juntamente con el manual Cochrane (Higgins et al., 2011) constituyeron las herramientas para evaluar la calidad de la intervención y el tipo y grado de sesgo de riesgo. Al final de este proceso de búsqueda de documentos y de evaluación de su calidad, 11 referencias fueron retenidas para hacer la revisión sistemática. En el artículo original se puede ver un diagrama de flujo que reporta información sobre las diferentes fases de la revisión sistemática, así como varias tablas que registran las características de los estudios incluidos (Sánchez-González et al., 2020). El artículo exploró la evidencia empírica de la literatura académica relacionada con las características, contenido y efectividad de las intervenciones diseñadas para mejorar los factores de riesgo ambientales y psicosociales para las personas mayores basadas en el paradigma sobre ciudades y comunidades amigables. Las intervenciones ambientales se enfocaron en reducir el riesgo y adecuar el entorno ambiental cotidiano, mientras que las psicosociales priorizaron estrategias sociales (cambios de comportamiento, promoción de la participación) y capacitación. Los autores y campos de especialización estuvieron dominados por perfiles multidisciplinares, basados en los paradigmas de comunidades amigables y de envejecimiento activo o saludable, y enfocados desde las aproximaciones teóricas de los entornos físico y social y condiciones de salud. No obstante, se resalta que uno de cada dos estudios retenido ignoró estos enfoques. La edad promedio de las personas mayores que participaron en las intervenciones fue de 76,1 años, las mujeres representaron 7 de cada 10 participantes, y 6 de cada 10 intervenciones se realizaron en Asia y Australia, siendo así que no se encontraron estudios para América Latina y el Caribe y África. Todos los estudios fueron intervenciones no farmacológicas con predominio multicomponente, seguido de investigaciones de tipo ambiental y psicológico, y casi la mitad fueron de base individual. Desde el punto de vista geográfico, la mayoría de las intervenciones se llevaron a cabo principalmente a escala urbana y metropolitana. Se siguió una metodología mixta en casi 6 de cada 10 estudios, y en menor medida se aplicaron enfoques cuantitativos o cualitativos. El diseño del estudio se basó principalmente en intervenciones no controladas, seguidas de los enfoques controlados aleatorios y no aleatorios. Además, se observó una alta proporción de estudios de baja calidad metodológica y alto riesgo de sesgo. De hecho, solo dos estudios lograron una alta calidad en la descripción de los métodos e instrumentos que sustentan sus resultados. Hallazgos relevantes mostraron que las intervenciones fueron más efectivas en ciertos dominios del paradigma de ciudades y comunidades amigables, como el transporte y la vivienda, seguidas de un incremento en la participación como consecuencia del cambio de comportamiento relacionado con el estilo de vida. Los cambios inferidos se asociaron con proporcionar información y mejorar las habilidades; modificar el acceso, las barreras, las exposiciones y las oportunidades; mejorar los servicios y el apoyo; dar continuidad y efectividad a las transformaciones en el tiempo; y modificar políticas basadas en el enfoque de abajo hacia arriba en el paradigma de ciudades y comunidades amigables. Además, las intervenciones centradas en aspectos personales y organizativos pueden tener efectos positivos a largo plazo. Sin embargo, se observaron menos cambios en las intervenciones relativas a los estilos de vida debido al impacto de factores complejos de múltiples causas. Como conclusión, el artículo destaca que la relativa efectividad en materia de salud pone en tela de juicio el diseño de intervenciones y la supuesta “amigabilidad” de determinadas comunidades. Es necesario fomentar una sólida investigación longitudinal, dirigida a proporcionar conocimientos clave para la implementación y evaluación de políticas públicas y fomentar los programas de ciudades y comunidades amigables con las personas mayores. Esta revisión sistemática evidenció la necesidad de diseñar y aplicar intervenciones en diferentes contextos geográficos, así como de realizar investigaciones que confirmen su efectividad con el fin de traducir y canalizar el conocimiento hacia el desarrollo de políticas públicas para la promoción del envejecimiento activo y saludable. Artículo en International Journal of Environment Research and Public Health

martes, 27 febreiro 2024 09:04

Mejor, no me llames viejo
26 - 04 - 2021

Mejor, no me llames viejo

LOURDES BERMEJO | VICEPRESIDENTA DE GERONTOLOGÍA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE GERIATRÍA Y GERONTOLOGÍA (SEGG) La SEGG publica una Guía para tratar la imagen de las Personas Mayores. Es frecuente escuchar a los Mayores un comentario irritado cuando escuchan la expresión “Nuestros Mayores”. “¿De quién somos? ¿Somos propiedad de alguien? ¿Tenemos que obedecer a quien lo afirma?” Esa irritación, en ocasiones, llega a ser un claro rechazo al edadismo cuando se escucha la manera de referirse a las Personas Mayores a las que, habitualmente, no se les pregunta por su opinión en estos temas. Y tienen mucho que decir sobre cómo quieren que se hable de ellas. Un ejercicio que hacer es el de imaginar qué harías si, a cualquier edad, escucharas en los medios de comunicación que se refieren a ti de una manera que te resulta prepotente, demasiado proteccionista, de una manera con la que no coincides… Por eso, en la SEGG, con la experiencia que esta Sociedad científica tiene de tratar con los Mayores tan intensamente y desde hace tantos años, hemos pensado que había que llegar también a los medios de comunicación como el canal más apropiado para que el lenguaje que define a los Mayores se transforme en un lenguaje positivo, heterogéneo y, finalmente, refleje a un grupo de población muy diverso y también cada vez más influyente. Por eso, la SEGG ha elaborado una Guía para los medios de comunicación con la que quiere contribuir a difundir una imagen positiva de las Personas Mayores que recoja, especialmente, la heterogeneidad de este grupo de edad y evite los estereotipos negativos que se atribuyen a esta franja de edad. Es evidente -los datos demográficos lo demuestran- que las Personas Mayores se han convertido en un grupo de población influyente, en un foco de atención periodística y social debido a esas razones demográficas y también sanitarias en la actualidad. El crecimiento del número de personas mayores de 60 años en todo el mundo ha conducido a la declaración del Decenio del Envejecimiento Saludable, por parte de Naciones Unidas. NU busca una concienciación y movilización de instituciones y medios de comunicación sobre las necesidades sociales y sanitarias de este grupo de población. Por otra parte, ya está aquí la silver economy o economía vinculada a las personas mayores. Eso también tiene que ver con que las nuevas generaciones de Mayores son hábiles con las nuevas tecnologías y cuando abordemos temas referentes a ellos no podemos perder de vista que las previsiones de la Unión Europea (EU) son que, para 2025, la contribución de la Silver Economy al PIB europeo se sitúe en el 32% del mismo y supondrá un 38% del empleo en la UE. 2025 está a la vuelta de la esquina. Es, por tanto, muy importante el tratamiento que los medios de comunicación otorgan a las Personas Mayores porque son un altavoz de tendencias y, a través de ellos conviene evitar estereotipos y lugares comunes que no atienden, sobre todo, a la heterogeneidad de este grupo. La “Guía de la SEGG para los Medios de Comunicación sobre el tratamiento de la información y la imagen de las personas mayores y el envejecimiento” busca sugerir a los medios algunos criterios en la información sobre las Personas Mayores que pueden resultar positivos (o al menos neutrales, dignos y realistas) para ellas, para medios y lectores. Recomendaciones que deben entenderse también, también, como un medio de hacer frente al Edadismo al que se enfrenta este grupo de población en el ámbito económico, profesional, social, institucional o sanitario. Hemos establecido ocho apartados: LAS PERSONAS MAYORES SON DIVERSAS Las Personas Mayores forman un grupo de población muy heterogéneo y esta idea debe ser el punto de partida fundamental para informar sobre ellas, teniendo en cuanta su gran diversidad intergeneracional e intrageneracional. Las personas mayores son más variadas que cualquier otro grupo de edad y, sin embargo, se las considera a todas iguales y con una imagen generalmente negativa. Hay que transmitir que una persona con 60, 70 u 80 años (o mucho más) puede llevar una vida plena y activa, teniendo mucho que aportar laboral y socialmente. Es una realidad muy distinta a la de una persona con dependencia física, deterioro cognitivo o enfermedad, independientemente de su edad. Y todo ello se suele unir en un solo bloque, como un colectivo uniforme y homogéneo, generaciones muy diversas entre sí, con estilos e historias de vida que pueden ser muy distintas, y con situaciones de salud física, mental y condiciones sociales también diversas. Es necesario atender a la diversidad, se deben construir representaciones del envejecimiento y la vejez desde la diversidad (edad, origen étnico, orientación sexual, creencias, lugar de residencia…) y mostrar al público la edad real, sin prejuicios contra la vejez. LAS PERSONAS MAYORES QUIEREN Y TIENEN DERECHO A DAR SU OPINIÓN Parece imprescindible contar con su opinión para todo aquello que repercuta en sus vidas. Se debe consultar a las Personas Mayores sobre sus necesidades, sus gustos o sus reivindicaciones, evitando hablar en su nombre sin conocer exactamente lo que opinan o quieren. Al elaborar informaciones periodísticas sobre ellas, es imprescindible conocer sus opiniones sobre cada tema; deben ser una de las principales fuentes de información (junto con los estudios y encuestas sobre ellas). Están perfectamente capacitadas para darla y tienen un discurso propio que debe ser escuchado. SON FUENTE DE MENSAJES POSITIVOS Y REALISTAS Las informaciones sobre las Personas Mayores son muy a menudo negativas y sensacionalistas: se refieren en un porcentaje muy amplio a problemas de salud, fragilidad, soledad, carga económica en las pensiones, coste sanitario… Según los estereotipos y prejuicios asociados a este grupo de edad, “son un gasto y, además, ya no aportan…”, cuando la realidad es bien distinta. Son puntales de sus familias, son motor de una economía cada vez mayor, protagonizan muchos voluntariados, practican deporte, son personas emprendedoras, continúan aprendiendo, son fuente de apoyo en la familia (hijos e hijas y nietos y nietas) y en la sociedad siempre que es necesario… Dar un discurso real ayuda al empoderamiento de las personas mayores. UTILIZAR LOS TÉRMINOS ADECUADOS: NO SON VIEJECITOS/AS, EL LENGUAJE NUNCA ES NEUTRO El lenguaje tiene una influencia determinante en conductas y creencias sociales. Y los medios son un altavoz con una influencia enorme. Por eso, es muy recomendable realizar la comunicación de estas informaciones con los términos adecuados, reales y no estereotipados. Por ejemplo, es más positivo el término Personas Mayores (que además es una denominación inclusiva). No son recomendables los términos ancianos/as, viejos/as o abuelos/as y mucho menos sus diminutivos (ancianitos/as, viejecitos/as o abuelitos/as). Ni todos las personas mayores son abuelos/as, ni todos los abuelos/as son personas mayores. Si se les pregunta a ellas, es frecuente que contesten que no les gusta el término Nuestros Mayores que indica posesión o paternalismo. Son preferibles las fórmulas “Personas Mayores” o “Adultos Mayores” de nuestra sociedad. De la misma manera hay que utilizar un lenguaje no sexista, evitando utilizar pronombres masculinos, sustituyéndolos por sustantivos genéricos, como por ejemplo sustituir el término “mayores” por “personas mayores”, evitando así el sesgo hacia un sexo o género social. UTILIZAR TÉRMINOS ADECUADOS: NO SON ASILOS La actualidad de la pandemia ha llevado a referirse a sus espacios vitales a menudo en los medios y se han convertido en lugares cotidianos en las informaciones. A este respecto, se debe tener en cuenta que se deben utilizar términos adecuados para hablar de su diversa realidad según el lugar en el que viven. El término asilo o geriátrico está obsoleto. El nombre que se debe utilizar es centro residencial o residencia y, en general, evitar referencias peyorativas o perjudiciales relativas a la edad y el envejecimiento, o el uso de un lenguaje paternalista o condescendiente. MOSTRAR IMÁGENES REALES, OBJETIVAS, DIVERSAS, POSITIVAS, ALEGRES (o al menos neutras) En los medios de comunicación se utilizan más frecuentemente imágenes tristes, dramáticas, de enfermedades o de dependencia que pueden resultar ilustrativas de algunas realidades de este colectivo pero que no representan a todas las personas mayores, ni tampoco a la mayoría del colectivo, ya que, además, estas imágenes las muestran como objeto de nuestra compasión. Es uno de los temas más importantes a la hora de difundir los mensajes relativos a las Personas Mayores. Se debe priorizar el uso de imágenes alegres, positivas, que reflejen actividades variadas y cotidianas de personas muy activas. Son más convenientes y se ajustan mejor a la realidad que viven las personas mayores. También es frecuente que se utilicen imágenes de personas mayores que no se corresponden con nuestro contexto sociocultural, sino de países del norte de Europa y conviene utilizar imágenes de nuestro propio entorno sociocultural español cada vez más pluriétnico, procurando mostrar sus rostros y primeros planos, propiciando una comprensión positiva, digna, igualitaria, no edadista y realista del envejecimiento. RESALTAR LA ECONOMÍA PLATEADA Como mencionábamos, la economía plateada ha llegado a ser ya una realidad muy influyente. La posibilidad de vivir más tiempo es un logro y un recurso valioso, también para la economía generada por más de 9 millones de personas. Es un referente cada vez más habitual en las informaciones de los diarios económicos y generales, que convierte a las Personas Mayores en actores decisivos de la economía general, y esto es algo que debe potenciarse en la comunicación transmitida por los medios. Son, por tanto, un motor activo y positivo para toda la sociedad. Son protagonistas, cada vez más habitualmente, en campañas de publicidad de productos y servicios destinados específicamente a ellas y también de productos destinados tradicionalmente para otros grupos de edad. Se han convertido en un impulso socio-económico y cobran protagonismo como trabajadores “bumerán” que regresan a las empresas, algo que puede favorecer la imagen que se transmita de ellos. Es decir, no se les puede considerar una clase pasiva, uno de los estereotipos más dañinos que afectan a su dimensión económica y productiva. También llevan a cabo acciones que no están cuantificadas económicamente, pero que generan importantes recursos a la sociedad (el cuidado de los nietos y nietas, el voluntariado social, el mentoring, etc). DAR ESPACIO A SUS REIVINDICACIONES Hemos visto en los últimos años grandes manifestaciones sobre reivindicaciones de este colectivo que ha saltado a primer plano de la actualidad. Las Personas Mayores quieren ser tratadas como personas adultas, responsables, conscientes de sus propios actos, no como menores o dependientes. Tienen sus propias reivindicaciones y quieren comunicarlas como ha sido evidente en los últimos años, con una presencia sociopolítica cada vez mayor. Es una generación muy diversa, en la que muchas personas han sufrido desigualdades y diferentes posibilidades para el desarrollo de sus vidas (la falta de escolarización, profesiones con gran esfuerzo físico y horarios muy amplios, infraviviendas…); y en la actualidad se enfrentan a la Brecha Digital, pero también a la Brecha Económica y Social, para el acceso a recursos y servicios que cubran sus necesidades. Conviene recordar que han construido la sociedad en la que vivimos y son ciudadanos de pleno derecho. “Guía de la SEGG para los Medios de Comunicación sobre el tratamiento de la información y la imagen de las personas mayores y el envejecimiento” Sociedad Española de Geriatría y Gerontología

luns, 07 novembro 2022 12:14

Covid-19: ¿Por qué los entornos amigables con las personas mayores son ahora más necesarios que nunca?
25 - 03 - 2021

Covid-19: ¿Por qué los entornos amigables con las personas mayores son ahora más necesarios que nunca?

GRUPO DE TRABAJO «CIUDADES AMIGABLES» | COORDINADO POR EL IMSERSO Las personas mayores son el grupo de edad que más gravemente ha sufrido los efectos de la pandemia en todo el mundo, efectos que no sólo han tenido que ver con la incidencia en contagios y fallecimientos. Muchos de estos efectos negativos encuentran en los entornos amigables con las personas mayores una gran capacidad de respuesta y propuestas para paliarlos. En un momento en el que somos conscientes de la dificultad añadida por la pandemia para iniciar o continuar procesos de amigabilidad en los municipios que cuenten con la participación de las personas mayores, desde el grupo de trabajo “Ciudades Amigables” pensamos que, más que nunca, es necesario trabajar en todas las áreas que abarcan los procesos de amigabilidad de manera transversal. Es un buen momento para reivindicar la necesidad de contar con entornos físicos y sociales amigables con el envejecimiento que contribuyan a minimizar las consecuencias que ésta u otras crisis puedan provocar en la vida de las personas mayores. Los problemas para la población de mayor edad se agravan cuando no existe amigabilidad del entorno físico y social y, por el contrario, mejoran y se encuentran soluciones en entornos amigables con las personas mayores. A continuación, se plantean algunos ámbitos relacionados con la población de mayor edad en los que la pandemia ha incidido negativamente, y un decálogo de motivos que ponen en valor el trabajo de los pueblos y ciudades amigables con las personas mayores. 1. Discriminación por razón de edad (edadismo) La crisis sanitaria por Covid-19 ha puesto de manifiesto situaciones de discriminación hacia las personas mayores con tantas evidencias que 140 países de Naciones Unidas, España entre ellos, reclamaron el respeto a los derechos y la dignidad de las personas mayores, a través de una declaración conjunta que reconocía un incremento del edadismo y situaciones de negligencia y discriminación hacia las personas mayores durante la pandemia. La inclusión social y la no discriminación por razón de edad son dos aspectos esenciales que se trabajan en las ciudades y comunidades amigables con las personas mayores. Propuestas de mejora en el entorno social dirigidas a la visibilización de las personas mayores y su contribución en el ámbito social y familiar; a promover el respeto y la convivencia en la ciudadanía y entre distintas generaciones, y a avanzar hacia una mayor igualdad entre mujeres y hombres mayores. Actividades que facilitan el encuentro y la inclusión de las personas mayores en su comunidad (barrio, entorno, familia…) y que fomentan las relaciones intergeneracionales, o campañas de sensibilización y visibilización sobre las realidades que vive la población de mayor edad. 2. Medios de comunicación y visibilidad de las personas mayores El edadismo o discriminación por edad tiene mucho que ver con los estereotipos, los prejuicios y los comportamientos hacia las personas mayores y sobre el hecho de envejecer. Las personas mayores, habitualmente, aparecen poco en los medios y herramientas de comunicación. Cuando lo hacen, con frecuencia es a través de imágenes y denominaciones estereotipadas y con una connotación negativa, que no reflejan la enorme diversidad de las situaciones vitales que experimentan. Durante la pandemia, los mensajes y la comunicación sobre el impacto en las personas mayores han supuesto un retroceso, reforzando estereotipos negativos sobre la vejez que generan un aumento del edadismo. Los mensajes en los medios de comunicación han tendido a homogeneizar a las personas mayores, sin reflejar la diversidad de realidades que están viviendo durante la pandemia. Además, se ha generalizado un tratamiento paternalista (por ejemplo, el uso de la expresión “nuestros mayores”) que tiene un efecto negativo entre las propias personas mayores y en el refuerzo de estereotipos. Los pueblos y ciudades amigables con las personas mayores ofrecen una imagen de las personas mayores como personas adultas diversas y capaces de desempeñar roles útiles para la sociedad en su conjunto, frente a la imagen de un colectivo que representa una carga para la comunidad olvidando lo que han aportado y pueden seguir aportando. Prestan atención a su forma de comunicar para no fomentar estereotipos, evitando lenguaje e imágenes que refuercen mensajes estereotipados sobre la vejez y usando un lenguaje inclusivo. En la Guía de recomendaciones para la comunicación en el proyecto (2765 Kb.) se encuentran algunas sugerencias, y también en el Blog Ciudades Amigables: La imagen de las personas mayores en los medios de comunicación: El uso del lenguaje frente al edadismo. Un entorno social positivo está estrechamente relacionado con la buena salud y el bienestar a lo largo de toda la vida. La participación, la inclusión social y la no discriminación, contribuyen a ese entorno social positivo e inclusivo. 3. Accesibilidad de espacios públicos, viviendas y centros residenciales A las restricciones derivadas de la pandemia, hay que sumar las restricciones debidas a la falta de accesibilidad, lo que ha provocado un doble confinamiento para muchas personas mayores. Se han puesto de relieve las carencias de accesibilidad en los espacios públicos: aceras, parques, accesos a comercios, establecimientos, etc. cuando las personas mayores que tienen algún tipo de limitación física, sensorial o cognitiva, intentan hacer uso de dichos espacios sin poder contar con apoyos de familiares o profesionales. En muchas ocasiones, el resultado del uso de productos de apoyo (como un andador o silla de ruedas) no es favorable debido a que los espacios donde tendría que poder desenvolverse la persona mayor no cumplen con los requisitos de accesibilidad necesarios. Unos entornos amigables mejoran y facilitan la accesibilidad física y cognitiva de los edificios y espacios públicos, la vivienda o el transporte, y recuperan espacio público para las personas facilitando el uso de espacios y recursos. Son elementos fundamentales del entorno físico de una localidad que influyen en la movilidad personal, en la autonomía personal, la percepción de seguridad, el comportamiento en materia de salud, la participación social, la independencia y la calidad de vida de las personas mayores. Además, el estado de alarma y el confinamiento en viviendas y centros residenciales ha hecho más evidente la importancia de las condiciones de accesibilidad y habitabilidad de los espacios donde las personas mayores viven. Dichas condiciones pueden ser facilitadores o, por el contrario, barreras de la autonomía de las personas e incidir de forma muy directa en su salud física y mental y en su seguridad. Por eso los municipios amigables incluyen la vivienda entre las áreas de mejora, con el objetivo de que las personas mayores puedan permanecer en su domicilio incluso aunque pierdan capacidad funcional y autonomía, en una vivienda digna y adecuada a sus necesidades e inquietudes vitales. (1) 4. Acceso a la información y comunicación Mantener el contacto con la gente y estar al corriente de lo que acontece en el mundo, así como obtener información práctica y oportuna para gestionar los asuntos cotidianos y satisfacer las necesidades personales es vital para un envejecimiento saludable. Por consiguiente, disponer de información relevante que sea accesible para las personas mayores con diversas capacidades y recursos, es un aspecto importante de los pueblos y ciudades amigables con el envejecimiento. Como consecuencia de la crisis sanitaria y social generada por la pandemia, se ha difundido gran cantidad de información por parte de los medios de comunicación y entidades públicas sobre las medidas a adoptar por parte de la ciudadanía para la prevención de contagios y expansión del virus. Sin embargo, la experiencia vivida desde el mes de marzo por toda la ciudadanía y, en concreto, por las personas mayores, nos indica que existe un importante margen para la mejora referida a la accesibilidad de la información, ámbito en el que muchos municipios amigables se encuentran trabajando. La accesibilidad afecta a todas las plataformas, medios, canales y formatos de comunicación, y se concreta a través de prestaciones y servicios como sistemas telefónicos y telemáticos de atención, medidas de accesibilidad cognitiva como Lectura Fácil, señalización, etc. (1) En este contexto se ha hecho más evidente la importancia de contar con información relevante, clara y fácilmente comprensible, y no redundante, confusa o contradictoria. La comprensión de la información resulta clave para la adopción de los comportamientos adecuados que pueden contribuir a la protección frente al virus. Por tanto, toda la información pública relacionada con la crisis del Covid-19 debe ser accesible para todas las personas, independientemente de su edad, formación o capacidades. Se propone la consulta de documentos sobre Accesibilidad y tecnología para la comunicación (5530 Kb.), y sobre Señalización sobre medidas de protección frente a la covid-19 en edificios de uso público, elaborados recientemente por el Ceapat. 5. TICs y brecha digital La brecha digital por razón de edad es una realidad que poco a poco va reduciéndose, pero que todavía existe y puede dificultar a personas mayores desde solicitar una cita médica, hacer la compra por Internet, utilizar la banca online, comunicarse con familiares o participar en una clase virtual de gimnasia. La pandemia ha supuesto la incorporación de muchísimas personas mayores al uso de las tecnologías de la información y la comunicación. El uso de Internet, plataformas, videoconferencias, etc…ha llegado para quedarse, también entre las personas mayores. Independientemente de la variedad de opciones de comunicación y el volumen de información disponible, la principal preocupación radica en contar con información relevante de manera rápida y accesible para las personas mayores con diversas capacidades y recursos. Además, situaciones de soledad y aislamiento debido al confinamiento han podido paliarse en muchas ocasiones gracias a las tecnologías de la comunicación. El acceso y formación para el uso de las tecnologías de la comunicación están generalizados en los municipios amigables con las personas mayores, pero la pandemia ha demostrado la necesidad de avanzar en esta formación, superando el conocimiento básico e incluyendo herramientas como el certificado digital, gestiones en la banca online, etc… Además, es necesario para que esta formación no resulte frustrante, que las plataformas de servicios telemáticos funcionen adecuadamente, sean accesibles y no resulten en exceso complicadas para personas de cualquier edad. El uso de la tecnología puede abrir oportunidades a la comunicación, la información y la participación, pero será fundamental prestar atención a que estas herramientas sean amigables para todas las edades y tengan en cuenta la opinión de las personas mayores en su diseño y usabilidad. Asimismo, es fundamental abordar la diferencia en las posibilidades de acceso a estas tecnologías para evitar discriminaciones que profundicen en la desigualdad y exclusión social que puede generar la brecha digital, tanto debido a escasez de recursos económicos para disponer de estas herramientas, como a la dificultad de acceso por falta de cobertura, frecuente en el medio rural. Para valorar la comunicación y la información se utilizarán, por tanto, indicadores como la disponibilidad de información, el acceso a Internet, la facilidad de uso del material informativo y la asistencia/apoyo disponible. Teniendo en cuenta la diversidad que puede darse entre las personas mayores en cuanto al conocimiento y manejo de dispositivos tecnológicos, así como en sus capacidades físicas, sensoriales y cognitivas, se recomienda que los ayuntamientos dispongan de conocimientos actualizados sobre distintas alternativas que pueden facilitar el uso de las TIC por parte de las personas mayores, así como la compatibilidad del uso de productos y tecnología de apoyo con las TIC (por ejemplo, distintos tipos de teclados o ratones para personas con limitaciones en la movilidad o software para acceso al ordenador para personas con baja visión). (1) 6. Redes de apoyo e interdependencia La pandemia y el confinamiento dieron lugar a numerosas situaciones, de un día para otro, de personas que necesitaban ayuda urgente para cubrir necesidades de la vida diaria. Las redes de apoyo han sido un recurso fundamental en los peores momentos de la pandemia. Redes vecinales que ya existían y que se han reforzado o redes que surgieron espontáneamente para ayudar a las personas que se encontraban en situación de mayor vulnerabilidad, entre las que se encontraban personas mayores que viven solas o con dificultades de movilidad o autonomía personal. También muchas personas mayores han contribuido a estas redes solidarias, prestando apoyo y escucha telefónica, cosiendo mascarillas, grabando vídeos de sensibilización, animando a la gente a quedarse en casa y a cuidarse, etc… En los casos más graves, se detectó un incremento de situaciones de violencia de género, también en mujeres mayores, a las que hubo que dar respuesta, siendo las redes de apoyo un recurso importante. Las relaciones intergeneracionales también se han visto afectadas durante la pandemia y las tecnologías de la comunicación han ayudado a mantenerlas, así como estas redes de apoyo en las que han participado personas de todas las edades. Asimismo, las personas mayores que forman parte de una asociación se han visto más acompañadas, contar con redes sociales ha supuesto un gran apoyo durante la pandemia. Las redes comunitarias han implicado a diversidad de actores que han cooperado para dar respuesta urgente a las necesidades que iban surgiendo, personas voluntarias, protección civil, redes vecinales, supermercados, farmacias, servicios públicos municipales… Los pueblos y ciudades amigables han podido aprovechar las relaciones de colaboración previamente establecidas en los procesos de amigabilidad, donde la cooperación y la intervención comunitaria son herramienta fundamental desde la perspectiva de la interdependencia. 7. Participación ciudadana Durante la pandemia se ha hablado muy a menudo de las personas mayores, pero pocas veces se les ha preguntado. Y preguntar a las personas mayores es precisamente el punto de partida de los pueblos y ciudades amigables. La participación de las personas en la vida social, cívica, cultural, política y económica de una localidad refuerza su sentimiento de inclusión, el empoderamiento y la reclamación de derechos. Cuando las personas de cualquier edad se sienten incluidas participan más. Durante la pandemia, la participación en general se vio muy limitada debido a las restricciones del confinamiento, también en las ciudades y pueblos amigables se ha visto limitada, pero donde ya existían dinámicas de participación para poder contar con la opinión de las personas mayores en las políticas que les atañen, se han ido articulando mecanismos, como llamadas de teléfono o encuestas online, para adaptarse y continuar con esa participación que permitiera seguir contando con la opinión y la voz de las personas mayores en un momento tan excepcional. Como declaró en marzo, Tedros Adhanom, director general de la OMS: “Las personas mayores llevan la sabiduría colectiva de nuestras sociedades. Son miembros valiosos y valorados de nuestras familias y comunidades. Pero tienen un mayor riesgo de complicaciones más graves de Covid-19. Por ello, estamos escuchando a las personas mayores y a quienes trabajan con ellas y para ellas, para identificar la mejor manera de apoyarlas”. Hacer de nuestras ciudades, comunidades, pueblos y barrios entornos amigables con las personas mayores incluye este reconocimiento y escucha. 8. Acción local y transversalidad Es importante poner en valor que, al igual que en la creación de entornos amigables con las personas mayores es fundamental la acción local, impulsada desde los ayuntamientos, como administración más cercana a la ciudadanía, también durante la pandemia la actuación municipal ha sido vital para paliar situaciones de urgencia de muchísimas personas. Los ayuntamientos han llevado a cabo un inmenso trabajo, estableciendo nuevas estrategias de intervención para adaptarse y atender a las personas en situación de mayor vulnerabilidad, entre ellas muchas personas mayores. En este sentido, el personal técnico municipal tuvo que cambiar de registro y adaptarse a la situación para ofrecer una atención personalizada (telefónica principalmente), convirtiéndose así en una red de detección y derivación. Además, la coordinación entre áreas municipales, la transversalidad promovida en procesos de amigabilidad con implicación de todas las áreas, facilita y mejora los resultados de la acción municipal en la respuesta coordinada a crisis sanitarias como la que estamos viviendo. 9. Cooperación y trabajo en Red La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores parte de la premisa que compartir experiencias, materiales y resultados, el intercambio y aprendizaje entre distintas localidades e iniciativas, nos permitirá avanzar de manera más eficaz hacia entornos amigables con el envejecimiento. Además, los procesos de amigabilidad implican la cooperación entre diferentes actores de un municipio (ayuntamiento, sociedad civil, colegios profesionales, proveedores de servicios, etc…). Ante la necesidad de adaptarse con urgencia a la situación de emergencia durante el confinamiento y la pandemia, ese intercambio de experiencias y la cooperación local adquieren una especial importancia. La rápida contribución de ayuntamientos de la Red, y difusión de la recopilación de experiencias realizada por el Imserso al inicio de la pandemia en la Newsletter sobre iniciativas amigables durante la Covid-19 (735 Kb.), constata la importancia y necesidad de redes de intercambio y colaboración que faciliten la transmisión de experiencias y conocimiento. 10. Década del Envejecimiento Saludable (2021 – 2030) Por último, la Década del Envejecimiento Saludable anunciada por Naciones Unidas el pasado 14 de diciembre y liderada por la Organización Mundial de la Salud, incluye entre sus cuatro ejes prioritarios de actuación, que las ciudades y comunidades fomenten un envejecimiento saludable y satisfactorio creando entornos amigables con las personas mayores, lo que ofrece un marco de actuación e intercambio de experiencias en todo el mundo y una forma de trabajo para avanzar en procesos de amigabilidad en los municipios. Guía de recomendaciones para la comunicación en el proyecto (2765 Kb.) La imagen de las personas mayores en los medios de comunicación: El uso del lenguaje frente al edadismo Accesibilidad y tecnología para la comunicación (5530 Kb.) Señalización sobre medidas de protección frente a la covid-19 en edificios de uso público Newsletter sobre iniciativas amigables durante la Covid-19 (735 Kb.) Década del Envejecimiento Saludable 2021 – 2030 (1) El equipo del Ceapat (Imserso) puede proporcionar información y asesoramiento a los ayuntamientos que lo soliciten sobre las actuaciones de mejora necesarias identificadas a raíz de la pandemia por los ayuntamientos adheridos a la Red en los aspectos relativos a accesibilidad en edificios y espacios públicos, a la accesibilidad en la información y la comunicación, así como sobre el uso de productos y tecnología de apoyo.

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