La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores se suma al Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez
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La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores se suma al Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez

11 - 06 - 2020

MAITE POZO | COORDINACIÓN «RED DE CIUDADES Y COMUNIDADES AMIGABLES CON LAS PERSONAS MAYORES». IMSERSO

En 2011 Naciones Unidas designó el 15 de junio como Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez, considerando que “El maltrato a las personas mayores es un problema social mundial que afecta la salud y los derechos humanos de millones de personas mayores en todo el mundo y es un problema que merece la atención de la comunidad internacional”.

La crisis sanitaria por Covid-19 ha puesto de manifiesto situaciones de discriminación hacia las personas mayores que han llevado a muchos países a reclamar conjuntamente el respeto a los derechos y la dignidad de las personas mayores. El pasado 11 de mayo, 140 países de las Naciones Unidas, entre los que se incluye España, emitieron una declaración conjunta reconociendo un incremento del edadismo y situaciones de negligencia y discriminación hacia las personas mayores durante la pandemia. “Nos preocupa la situación de las personas mayores que están en cuarentena o en confinamiento con familiares o cuidadores y que también pueden enfrentarse a mayores riesgos de discriminación, violencia, abuso y negligencia. En este sentido, debemos ampliar nuestros esfuerzos y fortalecer las medidas para proteger a las personas mayores, en particular a las mujeres mayores, de cualquier forma de violencia y abuso de género”.

Esta declaración reconoce también la participación significativa de las personas mayores en la sociedad y la importancia de fortalecer la solidaridad internacional e intergeneracional durante la crisis y el proceso de recuperación.

También Age-Platform Europe en su informe sobre Covid-19 y los derechos humanos de las personas mayores actualizado el pasado mes de mayo, incluye el aumento en el riesgo de sufrir maltrato y abusos. Este informe recoge situaciones de discriminación que ya existían antes de la Covid-19 y que se han acentuado durante la pandemia. Además, en este informe se ofrecen una serie de recomendaciones para garantizar la protección contra la discriminación, la prevención del abuso, la inclusión y el acceso a servicios esenciales para personas en situación de vulnerabilidad, entre ellas, garantizar apoyo y protección adecuados para las personas cuidadoras y las personas a las que cuidan.

Ya en 2002, la Declaración de Toronto -OMS, INPEA (Red internacional de prevención del abuso y maltrato en la vejez) y Universidades de Toronto y Ryerson- estableció que “El maltrato a personas mayores se define como la acción única o repetida, o la falta de la respuesta apropiada, que ocurre dentro de cualquier relación donde exista una expectativa de confianza y la cual produzca daño o angustia a una persona mayor”.

Se trata de una realidad que comienza a visibilizarse, pero que continúa estando oculta en la sociedad y con frecuencia queda relegada al ámbito privado. Se ha evitado hablar sobre ella y sigue siendo uno de los tipos de violencia menos tratados en estudios e investigaciones, por eso faltan datos e información que faciliten la detección y la intervención.

Los malos tratos a las personas mayores se pueden dar de muchas formas: desde negligencia y descuido o abandono en el cuidado diario hasta el maltrato físico, psicológico y verbal, pasando por la privación de alimentos o medicación y otros tipos de abusos como dejar de contar su opinión, infantilización, ingreso en instituciones contra su voluntad, apropiación de sus bienes o abuso sexual. El abuso y maltrato generan indefensión y ansiedad, agravamiento de enfermedades y lesiones, especialmente en personas mayores en situación de vulnerabilidad, dependencia o deterioro cognitivo. Hablamos por tanto de dignidad y derechos de las personas mayores y de un problema de salud pública por las secuelas físicas y psicológicas que sufren las víctimas.

Las personas mayores por lo general no denuncian estas situaciones, aunque faltan datos por la escasez de estudios sobre esta realidad, se calcula que sólo denuncia el 6-7% aproximadamente de las personas mayores que sufren algún tipo de abuso. La gran mayoría de las víctimas de malos tratos no presentan denuncia, entre otros motivos, porque dependen económica y emocionalmente de quien les maltrata, temen represalias, sienten vergüenza o incluso en ocasiones se llega a producir una normalización de los malos tratos. Se calcula que aproximadamente el 65% de los casos de malos tratos a personas mayores son a mujeres, por lo que es importante tener en cuenta la perspectiva de género como ya estableció la Declaración de Toronto en 2002.

La dificultad para detectar estas situaciones de abuso y maltrato en la vejez dificulta la intervención. Esta realidad existe con independencia del nivel económico de las personas y del entorno familiar o del lugar en el que residan. Se puede dar tanto en el ámbito familiar como en el institucional, por lo que la prevención requiere entre otras cosas, de la sensibilización e implicación de la sociedad, prestando atención a los indicios de maltrato, denunciando casos conocidos y arropando a las víctimas.

La OMS se ha implicado en esta toma de conciencia, y considera así mismo que las ciudades y comunidades tienen “un papel central para asegurar que el maltrato a las personas mayores se comprenda, gestione y, en última instancia, se evite”.

La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores en España se une a la toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez, una realidad que supone una violación de los derechos más fundamentales y de la dignidad de las personas mayores. Y anima a los ayuntamientos de la Red a conocer y trabajar este tema, y proponer y llevar a cabo actuaciones en sus municipios dirigidas a:

  • Mejorar la detección de situaciones de maltrato y abuso para poder prevenir estas situaciones.
  • Visibilizar esta realidad, informando y sensibilizando a la sociedad.
  • Promover actividades que faciliten las relaciones intergeneracionales y el mantenimiento de redes sociales.
  • Formar y sensibilizar a profesionales que trabajan desde distintos ámbitos, principalmente social y sanitario, con las personas mayores.
  • Formar y sensibilizar a las propias personas mayores para prevenir y denunciar si llega el caso estas situaciones, informando sobre sus derechos y los recursos disponibles.
  • Promover estudios e investigaciones que contribuyan a mejorar la detección y la intervención posterior.

Así como a promover en sus planes de acción actuaciones dirigidas a fomentar el buen trato a las personas mayores como medida de prevención. Por ejemplo campañas de sensibilización como la promovida por el Ayuntamiento de Terrassa “Con respeto, mejor”o la realizada por el Ayuntamiento de Cartagena con motivo del Día de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez (Ver vídeo).

También en la atención y cuidado a las personas mayores cuando lo necesiten, el buen trato debe estar entre los principios irrenunciables de un sistema de cuidados ya sea en el domicilio o en una institución. Un modelo de cuidados basado en una atención integral que sitúe a la persona en el centro hasta el final de la vida, por delante de cualquier otra consideración, contribuirá sin duda al buen trato y al respeto a la dignidad y los derechos de las personas tengan la edad que tengan.

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mércores, 20 decembro 2023 10:21

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