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Emergencias climáticas, personas mayores y entornos amigables
Categorías: Artículos
Etiquetas: ciudades amigables , personas mayores , medio ambiente , entornos amigables , amigabilidad , década envejecimiento saludable , futuro
Maite Pozo. Coordinadora de la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores Estas últimas semanas, en España hemos comprobado con dolor y hasta cierta incredulidad las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático. La DANA con las lluvias torrenciales que han provocado gravísimas inundaciones en varias Comunidades Autónomas, y en Valencia especialmente donde se han llevado la peor parte, además de inmensos destrozos materiales, ha dejado muchas personas fallecidas y muchas otras en situaciones muy difíciles hasta que las zonas más afectadas vayan recuperándose. La semana pasada conocíamos que casi la mitad de las personas fallecidas por la DANA tenía 70 años o más, y el 7% tenía 90 años o más, aunque las personas nonagenarias constituyen solo el 1% de la población. La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el plan de desarrollo de la Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030, incluye como una de las prioridades mejorar los entornos físicos y sociales en los que vivimos para adaptarlos a las necesidades y demandas de las personas mayores, avanzar hacia pueblos y ciudades amigables con las personas mayores que no excluyan ni discriminen a las personas a medida que envejecen. En este plan y en el contexto del trabajo para la creación de entornos amigables, la OMS señala que “Las ciudades y comunidades amigables con las personas mayores deben tener planes integrales e inclusivos para la preparación, mitigación y adaptación al cambio climático”. Y llama la atención sobre las personas mayores en las emergencias humanitarias y los entornos frágiles, y reclama la necesidad de incluir a las personas mayores en la preparación frente a las emergencias, así como en la respuesta y la recuperación posterior: “Las personas mayores sufren especialmente las consecuencias de las situaciones de emergencia. Por ejemplo, el 75% de las personas que murieron por causa del huracán Katrina en 2005 eran mayores de 60 años; en la crisis de Sudán del Sur, en 2012, la tasa de mortalidad declarada entre las personas mayores de 50 años fue cuatro veces mayor que entre las personas de edades comprendidas entre los 5 y los 49 años; asimismo, el 56% de las personas que murieron en el terremoto del Japón de 2011 eran mayores de 65 años. A pesar de estas estadísticas, las necesidades y vulnerabilidades de las personas mayores en las emergencias a menudo quedan sin atender, sus voces muchas veces no se escuchan y sus conocimientos y contribuciones no se toman en consideración. Deficiencias y afecciones crónicas que en circunstancias normales no interfieren en las actividades cotidianas pueden incapacitar a las personas mayores para obtener alimentos o recibir mensajes que les permitan huir del peligro. Las personas con movilidad reducida a menudo se quedan atrás. Por último, las actitudes edadistas aumentan la exclusión, la pérdida de control sobre los recursos, incluidas las oportunidades de subsistencia, y el maltrato a las personas mayores. Una de las tareas que deberá llevarse a cabo a lo largo de la próxima década será incluir a las personas mayores en la preparación frente a las emergencias, así como en la respuesta y la recuperación posterior, contribuir a fomentar su resiliencia y aprovechar sus fortalezas y potencialidades.” Son, por lo tanto, necesarias políticas medioambientales que contribuyan a frenar el cambio climático y paliar sus consecuencias, pero también son imprescindibles políticas de adaptación de los entornos, de nuestros pueblos y ciudades, y de los protocolos de actuación y de respuesta a las consecuencias del cambio climático y ante situaciones de emergencia que puedan darse: olas de calor prolongadas, escasez de agua cada vez en más zonas, o fenómenos meteorológicos como la DANA, cuya frecuencia, tal y como indica la evidencia científica, va en aumento. Y esta adaptación de los entornos y de los protocolos de actuación debe tener en cuenta y escuchar las necesidades y circunstancias de la población de mayor edad, para que estas necesidades no sean ignoradas e invisibilizadas. Y para esto es necesario también combatir el negacionismo del cambio climático, porque quienes lo niegan y rechazan cualquier política medioambiental dirigida a frenar el cambio climático, difícilmente van a planificar y aprobar políticas dirigidas a adaptar los entornos, prever y paliar los efectos en catástrofes como la DANA, o adecuar los protocolos de respuesta a esta nueva realidad que cada vez va a ser más frecuente. Conexiones entre el cambio climático, el envejecimiento saludable y las personas mayores La OMS, consciente de que “Un envejecimiento saludable y una longevidad saludable para la mayoría de las personas, ahora y en el futuro, no serán posibles en un planeta no saludable”, publicó en 2022 el Informe “La Década del Envejecimiento Saludable en un mundo de cambio climático”. con el objetivo de concienciar sobre ello y orientar con propuestas y recomendaciones. En este documento, la OMS ofrece una serie de mensajes para “establecer conexiones entre el cambio climático, el envejecimiento saludable y las personas mayores”: El cambio climático y el rápido envejecimiento de la población se están produciendo simultáneamente. Sus efectos combinados en la salud y el bienestar de las personas mayores —las de ahora y las del futuro— se tendrán que conocer mucho mejor y tendrán que ser abordadas con urgencia por las personas que elaboran políticas y planifican actuaciones en todo el mundo. Las personas mayores han sido desatendidas en los estudios sobre el cambio climático, y esto debe corregirse en el contexto de rápido envejecimiento de la población en todo el mundo. Las personas mayores también son agentes de cambio en las actuaciones para combatir el cambio climático y de las transformaciones sociales necesarias para adaptarse, mitigar y construir resiliencia a los diferentes escenarios de cambio climático. Aunque las personas mayores son un grupo muy diverso, muchas se ven afectadas de manera desproporcionada por el cambio climático debido a su mayor susceptibilidad fisiológica, a afecciones de salud preexistentes, discapacidad y vulnerabilidad social, particularmente cuando viven solas o en zonas urbanas pobres y tienen menos capacidad para responder. Las personas mayores deben ser protegidas frente a las amenazas relacionadas con el clima. Ese aspecto debe estar presente en las políticas multisectoriales y las actuaciones programáticas de las ciudades y las comunidades y en todos los sistemas, de modo que los entornos sean más ecológicos, disminuya la contaminación del aire, las viviendas y los servicios de salud estén adaptados, los sistemas alimentarios sean más sostenibles para que las dietas sean más saludables y se promueva la salud en favor del bienestar. La Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y las Conferencias de las Partes en la Convención (COP) son oportunidades para considerar el envejecimiento saludable a lo largo del curso de la vida en las comunidades más afectadas por el cambio climático. La Década ofrece nuevas oportunidades para la aplicación de medidas de colaboración y multipartitas a nivel comunitario, nacional y mundial, pues hace del envejecimiento saludable un pilar de los planes para la resiliencia climática. Los próximos 10 años serán críticos para las agendas tanto del cambio climático como del envejecimiento saludable. Las partes interesadas de ambas agendas deben comprender las interconexiones y encontrar formas de amplificarlas y reforzarlas mutuamente en beneficio de las personas que ahora se encuentran en la segunda mitad de sus vidas, para las generaciones futuras, y para el planeta Tierra, nuestro hogar. Los pueblos y ciudades amigables con las personas mayores pueden contribuir Por todo ello, animamos a los pueblos y ciudades amigables con las personas mayores a incorporar la perspectiva del cambio climático y las posibles situaciones de emergencia en sus procesos de amigabilidad. Escuchando a las personas mayores, sus preocupaciones, necesidades y propuestas. Ya existen ciudades que lo están haciendo, por ejemplo, el plan de acción de Washington DC como ciudad amigable incluye un área de trabajo sobre “Preparación y resiliencia ante emergencias” con el objetivo de lograr “Una ciudad que garantiza la preparación, la seguridad inmediata y la resiliencia de todos sus habitantes, durante y después de una emergencia”. Sin olvidar la necesidad de continuar con la sensibilización y concienciación en materia de sostenibilidad medioambiental y cuidado del planeta, ámbito en el que las personas mayores, a pesar de ser a menudo menos visibles, tienen mucho que aportar. La acción climática y el cuidado del Planeta no tiene límite de edad, no existe brecha entre generaciones en la preocupación por el cambio climático. La gente joven ve amenazado su futuro, y las personas mayores se encuentran entre los grupos que tienen mayor riesgo de sufrir sus efectos, y también les preocupa el impacto en las generaciones futuras. Seguimos trabajando por unos entornos amigables e inclusivos que no discriminen a las personas a medida que envejecen y favorezcan un envejecimiento saludable, y para conseguirlo es necesario trabajar también por un planeta saludable y sostenible. Fuentes: Plan de desarrollo de la Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030 La Década del Envejecimiento Saludable en un mundo de cambio climático Plan de acción de Washington DC Personas mayores comprometidas con el medioambiente
lunes, 18 noviembre 2024 12:49
![La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores en el marco de la Agenda 2030 y la Década del Envejecimiento Saludable (2021 – 2030)](/documents/1566632/0/ODS_PEQUEÑO-1-820x390.jpg/4732f13d-2a0a-0ef2-769f-48858921a48b)
La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores en el marco de la Agenda 2030 y la Década del Envejecimiento Saludable (2021 – 2030)
Categorías: Artículos , Red de Ciudades Amigables
Etiquetas: ciudades amigables , envejecimiento saludable , personas mayores , agenda2030 , década envejecimiento saludable , ods
MAITE POZO | COORDINADORA «RED DE CIUDADES Y COMUNIDADES AMIGABLES CON LAS PERSONAS MAYORES». IMSERSO La Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, aprobada en septiembre de 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, establece una visión transformadora hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental de los 193 países que la suscribieron y es la guía de referencia de la ONU y sus organismos hasta 2030. Al adoptarla, los Estados miembros se comprometieron a movilizar los medios necesarios para su implementación mediante alianzas centradas especialmente en las necesidades de las personas en situación de mayor pobreza y vulnerabilidad. Esta Agenda plantea 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con 169 metas de carácter integrado para hacer frente a los retos sociales, económicos y medioambientales en el mundo. Los ODS tienen como objetivo la igualdad y la equidad entre las personas, proteger el planeta y asegurar la prosperidad y la paz como parte de una nueva agenda de transformación para un desarrollo sostenible. Son una herramienta de planificación a medio y largo plazo para los países, tanto a nivel nacional como local. La Organización Mundial de la Salud (OMS) como organismo de la ONU, señala que un compromiso con los ODS significa un “compromiso con el envejecimiento saludable y con políticas basadas en la evidencia que fortalezcan las capacidades de las personas mayores y mejoren su bienestar”. Por eso, en colaboración con los países y con actores nacionales e internacionales, la OMS lidera una acción mundial coordinada para fomentar el Envejecimiento Saludable en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Concretamente la OMS establece esta acción en el marco de 9 de los 17 Objetivos, además del Objetivo 17 que busca establecer alianzas para lograr los objetivos. Contexto demográfico: la población mundial está envejeciendo rápidamente Se estima que el número de personas mayores de 60 años en la población mundial se duplicará en 2050. Entre 2015 y 2050 la proporción de la población mundial mayor de 60 años pasará de 900 millones a 2.000 millones lo que representa un aumento del 12% al 22%. Esta tendencia comenzó en países de altos ingresos como Japón y España, pero ahora el número de personas mayores está creciendo más rápidamente en África, seguido de América Latina y el Caribe. El envejecimiento demográfico es más rápido en la actualidad que en etapas anteriores. Francia, por ejemplo, pasó del 10% al 20% de personas mayores de 60 años en un período de casi 150 años, mientras que Brasil, China o India deberán adaptarse a un rápido envejecimiento de la población en poco más de 20 años. Actualmente viven en el mundo 125 millones de personas con 80 años o más. En 2050, habrá un número casi igual de personas en este grupo de edad (120 millones) solamente en China, y 434 millones de personas en todo el mundo. En 2050, el 80% de las personas mayores vivirá en países de ingresos bajos y medianos. En España, las personas mayores de 65 años son cada vez más y suponen 8,9 millones de personas, el 19,1% de la población total, y el número de personas mayores de 80 años también aumenta. La tendencia de los últimos años indica un crecimiento continuado, con unas previsiones en España en 2050 de que las personas mayores de 65 años representarán más del 30% del total de la población (cerca de 13 millones de personas). Y las personas mayores de 80 años superarán los 4 millones (lo que supondrá algo más del 30% de la población mayor). En nuestro país la esperanza de vida actualmente es de 83,3 años (hombres 80,4 y mujeres 86,2), una de las más altas del mundo, y viven aproximadamente un 33% más de mujeres mayores de 65 años que hombres mayores de 65 años. Todos los países se enfrentan a retos importantes para abordar este envejecimiento de la población y adaptarse a este cambio demográfico, uno de estos retos es la promoción de un envejecimiento saludable. ¿Qué es el envejecimiento saludable? En 2002 la OMS promovió el concepto de envejecimiento activo que ha evolucionado en los últimos años, en 2015 la OMS define el envejecimiento saludable como el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez y continuar haciendo las cosas que cada persona valora. La OMS publicó en 2015 el Informe mundial sobre el envejecimiento y la salud. En él se establece un nuevo marco conceptual y de trabajo para el envejecimiento saludable centrándose en el nuevo concepto de capacidad funcional, que supone un concepto más amplio de salud, más allá de la ausencia de enfermedad. El envejecimiento saludable es el centro de atención del trabajo de la OMS en relación con el envejecimiento entre 2015 y 2030. Los términos clave del envejecimiento saludable son: La capacidad funcional se trata de tener mantener las capacidades que permiten a las personas ser y hacer lo que valoran. Se establecen cinco dominios clave de la capacidad funcional, cada uno de los cuales puede ser reforzado (o limitado) por factores ambientales. Estos dominios son las capacidades para: satisfacer las necesidades básicas; aprender, desarrollarse y tomar decisiones; mantener la movilidad; entablar y mantener relaciones; aportar y contribuir a la sociedad. La capacidad intrínseca comprende todas las capacidades mentales y físicas que una persona puede aprovechar e incluye su capacidad para caminar, pensar, ver, escuchar y recordar. El nivel de capacidad intrínseca está influenciado por varios factores, como la presencia de enfermedades, lesiones y cambios relacionados con la edad. Los entornos que incluyen el entorno físico (la vivienda, los espacios, el transporte, etc…), y el entorno social, la comunidad, las personas y sus relaciones, actitudes y valores, servicios sociales y de salud, el respeto y la no discriminación por razón de edad, etc… Poder vivir en entornos que apoyan y mantienen su capacidad intrínseca y su capacidad funcional es clave para un envejecimiento saludable. «La capacidad funcional se compone de la capacidad intrínseca de la persona, las características ambientales relevantes y la interacción entre ellas». La Organización Mundial de la Salud establece que la salud en la vejez no es una cuestión de azar. Aunque la herencia genética tiene cierto reflejo en la salud durante la vejez, la mayor parte se debe al entorno físico y social de la persona, este entorno determina sus posibilidades de desarrollarse y sus hábitos de salud. Estos factores influyen en el envejecimiento desde la infancia, una persona mayor en un entorno desfavorecido tiene más probabilidades de presentar problemas de salud, y probablemente menos acceso a los servicios y asistencia que pueda necesitar. En el entorno social, el edadismo o discriminación por edad influye negativamente en la salud de las personas mayores. Los estereotipos negativos sobre la vejez los vamos asimilando conforme envejecemos y esto tiene consecuencias negativas para la salud física y/o emocional de las personas a medida que envejecen. El envejecimiento saludable es el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez y continuar realizando las actividades que nos interesan. Tener la posibilidad de vivir en entornos físicos y sociales que apoyan y mantienen las capacidades de las personas mayores es fundamental para el envejecimiento saludable. La Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores En línea con los ODS, la Organización Mundial de la Salud, en su estrategia para la promoción del envejecimiento saludable, establece cinco objetivos estratégicos: Comprometerse a actuar. Desarrollar entornos amigables con las personas mayores, mediante el desarrollo de ciudades y comunidades amigables con la edad. Armonizar los sistemas de salud con las necesidades de las personas mayores. Fortalecer los cuidados de larga duración. Mejorar las mediciones, el seguimiento, la evaluación y la investigación. La OMS considera que es fundamental ayudar a las ciudades y comunidades de todo el mundo a adaptarse a las necesidades y demandas de las personas mayores. En el marco del envejecimiento saludable, igual que ocurría con el envejecimiento activo, se subraya la necesidad de actuar en múltiples ámbitos y sectores y de fomentar que las personas mayores continúen contribuyendo y participando en la sociedad en la que viven, en sus familias, comunidades y economías. La construcción de entornos amigables con las personas mayores requiere de cooperación y trabajo en red, de forma que se potencie la innovación y la creatividad en las propuestas. Es importante que las iniciativas y actores estén vinculados entre sí en una ciudad o pueblo pero también con otras ciudades y pueblos favoreciendo el aprendizaje mutuo. La Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores y su metodología de trabajo facilitan esta conexión y puede ayudar a catalizar ese progreso inspirando y apoyando un cambio y la aplicación de medidas creativas e innovadoras, no necesariamente costosas. Gran parte del trabajo y las medidas a desarrollar son de ámbito municipal que es el más cercano y donde se desarrolla el día a día de las personas (transporte, vivienda y desarrollo urbano, información y comunicación, servicios de salud y comunitarios, respeto e inclusión social…). Por eso la OMS dirige esta iniciativa a los gobiernos locales que quieren fomentar el envejecimiento saludable y activo, y que buscan optimizar las condiciones de vida de las personas mayores en sus localidades, incorporando esta perspectiva en la planificación municipal de manera transversal y contando con la participación de las personas mayores en el proceso. En una localidad amigable, las políticas, los servicios y las estructuras relacionadas con su entorno físico y social se diseñan y reorganizan para apoyar y permitir a las personas mayores envejecer con buena salud, vivir de manera digna, mantenerse activas y continuar participando en la sociedad. La Década del Envejecimiento Saludable (2021 – 2030) En consonancia con los ODS y la Estrategia y Plan de Acción Mundiales para un envejecimiento saludable, la OMS prepara la Década del Envejecimiento Saludable (2021-2030) cuyo lanzamiento tendrá lugar el 1 de octubre de 2020 y se propone como una colaboración global, liderada por la OMS, que trabajará para mejorar la vida de las personas mayores, sus familias y las comunidades en las que viven. En este proceso la OMS ha establecido 10 prioridades hacia la Década del Envejecimiento Saludable que proporcionan acciones concretas necesarias para alcanzar los objetivos sobre envejecimiento y salud. Muchas de estas acciones están estrechamente vinculadas entre sí y todas requerirán de la colaboración de diversos agentes clave: Establecer una plataforma para la innovación y el cambio: para estimular el debate y diálogo sobre envejecimiento, conectar personas e ideas y crear evidencia a través de la evaluación e innovación. Para ello se contará con la plataforma “Age Friendly World” (Web de la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables de la OMS). Apoyo a los planes y acciones nacionales: apoyar los esfuerzos de los países a la hora de revisar planes, estrategias y acciones relacionadas con en el envejecimiento y salud, así como su implementación, facilitando herramientas. Un futuro «National Healthy Ageing Toolkit» ayudará a desarrollar políticas nacionales basadas en la evidencia para. Recopilar datos mundiales sobre envejecimiento saludable: sin datos y evidencia unificados no podremos comparar, ni evaluar el grado de envejecimiento saludable en todos los niveles (individual, comunidad, población), ni hacer un seguimiento de las necesidades satisfechas y no satisfechas de las personas mayores. Medir para avanzar. Promover la investigación dirigidas a las necesidades actuales y futuras de las personas mayores: la OMS creará el «Desafío de Investigación e Innovación en envejecimiento saludable» con el que se financiarán estudios en temas clave, y desarrollará una “Agenda Mundial de Investigación en envejecimiento saludable”. Alinear los sistemas de salud con las necesidades de las personas mayores: reforzar la atención integral a las personas mayores para que cuenten con la atención médica que necesitan, dónde y cuándo la necesitan. Sentar las bases para el desarrollo de sistemas de cuidados de larga duración en cada país, que fomenten las capacidades y respeten deseos y dignidad de las personas mayores y de las personas cuidadoras. Asegurar los recursos humanos necesarios para la atención integrada: las personas deben contar con las habilidades necesarias para ofrecer servicios de salud de calidad y cuidados a largo plazo para personas mayores. Emprender una campaña global para combatir la discriminación por edad: contribuir a cambiar las percepciones sobre la vejez y combatir el edadismo. Es posible cambiar la manera en que pensamos, sentimos y actuamos en relación con la edad y el envejecimiento. Visibilizar el argumento económico para la inversión en envejecimiento saludable: ayudar a entender los costes y beneficios del envejecimiento saludable. Un punto de partida para respuestas sostenibles, equitativas y eficaces. Desarrollo de la Red Mundial de Ciudades y Comunidades Amigables con las Personas Mayores: trabajar en el desarrollo de entornos físicos y sociales donde las personas mayores pueden continuar desarrollándose personalmente, verse incluidas y contribuir a sus comunidades, conservando su autonomía y salud. Entre 2018 la OMS realizó una encuesta dirigida a los puntos focales sobre el envejecimiento en los países para identificar posibles prioridades para esta Década. Un total de 174 personas de 81 países, de todas las regiones, respondieron a la encuesta. A la pregunta «¿En qué temas debería centrarse la Década?«, las personas encuestadas priorizaron: Mejorar el compromiso con las personas mayores; Una mejor comprensión de las necesidades de las personas mayores y las necesidades no cubiertas; Prevención y fortalecimiento de la salud y los cuidados de larga duración, especialmente a nivel comunitario; Mejorar la acción multisectorial y la coperación a través de, por ejemplo, ciudades y comunidades amigables con las personas mayores. Con el objetivo de fomentar un envejecimiento saludable, la Organización Mundial de la Salud liderará una Década de acción mundial en consonancia con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que se desarrollaron para asegurar «El futuro que queremos» para las generaciones presentes y futuras. En este contexto la Red continua creciendo en el mundo. Son ya más de 1000 municipios adheridos a la Red en 42 países, y en nuestro país, cerca de 200 pueblos y ciudades amigables con las personas mayores ya forman parte de la Red (ciudadesamigables.imserso.es) y están trabajando con la metodología propuesta por la OMS para lograr entornos amigables con el envejecimiento. Fuentes Web “Age-friendly World” Diez datos sobre envejecimiento y salud (OMS) 10 prioridades hacia la Década del Envejecimiento Saludable Envejecimiento Saludable en los Objetivos de Desarrollo Sostenible Década del Envejecimiento Saludable 2021-2030. Informe de progreso Enero, 2020
lunes, 07 noviembre 2022 12:23
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jueves, 17 noviembre 2022 13:10
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